Parada solicitada

Cambiar el mundo

Sin Autor

Desayuno en el Club Náutico de Ibiza. Foto cedida por el autor del artículo.

Hace pocos días, volvía en avión a casa y tuve que hacer escala en la isla de Ibiza. Coincidía con que era el Domingo de Resurrección y, como tenía varias horas hasta que saliese mi siguiente vuelo, aproveché para salir del aeropuerto hasta la ciudad de Ibiza, desayunar al sol en el Club Náutico y dar una vuelta por la fortaleza y la catedral para tomar algunas fotos en un contexto de «nadie por la calle».

El tiempo fue pasando y, cuando quise darme cuenta, iba justo para volver al aeropuerto: me subí al primer autobús que pasaba hacia allí. Intentando no mirar el reloj -para qué, el tiempo no iba a pasar más lento- y recorriendo ya la vía de servicio de una autovía, uno de los ocupantes del autobús dio al botón para solicitar parada. El conductor no se dio cuenta y no frenó, y el ocupante del autobús empezó a pedir en voz alta que parase, pero sin éxito: la parada estaba pasada y el conductor no pudo hacer nada.

Me descubrí pensando en cómo iba a solucionar el conductor ese desaguisado y, egoístamente, las consecuencias que tendría para mí: si el autobús daba la vuelta, salía a la autovía, y volvía a pasar por la parada, yo corría el riesgo de perder mi vuelo, pensé. Y, mientras mantenía este discurso interior, el propio ocupante dijo en voz alta, como convenciéndose: «No pasa nada, no hay mal que por bien no venga». Y lo repitió varias veces. La última, pudimos oír también cómo le decía al conductor: «la verdad es que me me ha fastidiado bien, pero no te preocupes: no hay mal que por bien no venga».

Nos miramos varios con gesto divertido. Y a mí me sirvió, porque me parece que representa una actitud de vida que es muy aprovechable a lo largo de todo el año, pero especialmente en Pascua: junto con el agradecimiento por su Pasión y Muerte, hemos de aunar la alegría de la Resurrección de Cristo. Y qué mejor manera que aprender a vivir con la actitud de que todo es para bien, de que no hay mal que por bien no venga.

Llevamos un par de semanas de Pascua: si ya nos hemos olvidado de esta alegría, podemos recomenzar luchando por ver, en todo momento, el vaso medio lleno, la alegría de haber sido salvados por Cristo y la conciencia plena de que no hay nada que pueda empañar esa realidad.

Lejan de Cos
Email: lejandecos@gmail.com
Instagram: @lejandecos