Hay muchísimas novelas y películas que intentan describir y contar cuál ha sido el mayor robo de la historia y, desgraciadamente, se olvidan que el mayor robo no ha sido atracar un banco o asaltar un furgón lleno de joyas. El mayor robo ha sido quitarnos la felicidad por un precio irrisorio.
Sí, el mayor robo, fue el que el demonio hizo a nuestros primeros padres que por una simple manzana se llevó la Gracia del paraíso.
Hoy nos sigue engañando con falsas promesas y nos roba lo que más deberíamos desear: paz, comprensión, acogida. Hoy el mal sigue robando concordia, armonía o grandeza.
El secreto para que no te roben es saber desenmascarar el mal y para eso hay que quitarle la máscara que oculta su verdadero rostro.
No te dejes llevar por la primera impresión.