Hay gente que a los sacerdotes los miran con recelo y otros con admiración. ¿Pero realmente nos hemos parado a pensar o somos conscientes de lo que hay detrás del clériman?
Yo no era consciente hasta hace unos años cuando descubrí que el sacerdote es una persona como tú y como yo, con un corazón, con sangre en las venas y con sentimientos.
Ellos, igual que todos, tienen alegrías y sufrimientos en su vida pero, por desgracia, no todo el mundo lo ve así. No todos piensan que son seres humanos, todo lo contrario, se creen que los sacerdotes son seres invencibles, personas que si hacen mil cosas bien y una mal solo se les reprocha la una en la que se han podido equivocar, olvidándose de todo el bien que nos hacen.
¿Nosotros no nos equivocamos nunca? Yo creo que a diario. Así que no pidamos que ellos sean perfectos.
Ante todo, no nos tenemos que olvidar que ellos se merecen todo el respeto del mundo ya que son representantes del Señor en la Tierra y por ello debemos de dar gracias por su desinteresada misión.
Bello SACRAMENTO VIVIENTE.
Un abrazo a Jóvenes Católicos
Montserrat Ricote