La semana pasada volví a México a impartir unas cuantas sesiones en Querétaro. Además grabé algunas entrevistas para la radio, la tele y el podcast ‘Vivir en modo fuego’ de Migue Gómez. Al final, en cuatro días sumé una decena larga de horas de clase, unas cuantas horas de charla y debate con los alumnos fuera del aula y un montón de horas volando.
En uno de esos ratos de charla y debate hablamos del servicio a bordo de los aviones. Y una alumna me contó la historia de Charles Plumb.
Charles Plumb fue un piloto de la fuerza aérea norteamericana que participó en casi un centenar de misiones en la guerra de Vietnam. Cuando ya había recibido la fecha de su relevo y vuelta a casa, y en una de sus últimas misiones, su avión fue alcanzado por un misil enemigo. Mientras el avión caía en barrena, Charles consiguió saltar en paracaídas cayendo en la selva. Allí fue capturado por los vietnamitas y pasó 6 años en un campo de prisioneros sometido a brutales torturas.
Cuando fue puesto en libertad y regresó a los Estados Unidos se retiró del Ejército y empezó a dar charlas motivadoras. Pasados muchos años estaba comiendo en un restaurante con su esposa y se le acercó un hombre y le dijo:
– ¡No me lo puedo creer, usted es Charles Plumb!
Charles, sorprendido, le respondió:
– Perdóneme, pero no me acuerdo de usted ¿Le conozco de alguna de mis conferencias?
– No, no, no nos conocemos de eso. Yo soy Tim, y era quien empacaba su paracaídas.
Plumb era un piloto joven y arrogante, y Tim un muchacho sencillo que todas las mañanas preparaba el paracaídas para el piloto.
Este curso que acaba de comenzar ¿quién te va a empacar tu paracaídas? ¿Quién cuida a tus hijos? ¿Quién prepara el café de tu bar? ¿Quién limpia tu espacio de trabajo? ¿Quién te asiste al subirte a un avión? ¿Quién está contigo en los momentos duros? ¿Quién te llama cuando estás triste?
¡¡Que no tengas que pasar 6 años en un campo de prisioneros para que te acuerdes de ellos!!