Queridos hijos: «El buen rollo de pensar igual»

Cambiar el mundo

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Queridos hijos: Escucho muchas veces hablar de la maravilla de ser distintos y de lo que enriquece la diversidad. Qué queréis que os diga, yo doy gracias a Dios con relativa frecuencia cuando constato que pensamos todos igual en casa: primero en la religión -que es lo fundamental y el sentido de nuestras vidas- y segundo -que también tiene su importancia- me encanta que hijos, hijas, yernos y nueras pensemos igual en política.

Ya veis, así de aburrido puede pensar alguien y así de estupendo pensamos papá y yo. Si no fuera así, pues encantados y os querríamos igual. Pero qué suerte más grande que todos somos de derechas. Es algo que une mucho y tiene su importancia.

Influye también en facilitar el ambiente cordial y de compañerismo entre tanta gente.

Pienso que unos padres comunistas, por ejemplo, son felices si sus hijos se convierten en buenos comunistas. Dando por hecho que es una decisión que asumen libremente (no conozco a nadie maduro que tenga una ideología determinada por imposición de sus padres), qué satisfacción ver que las ideas que uno considera que son las mejores e importantes han pasado a serlo para su descendencia.

Esto nos lleva a grandes tertulias en las que profundizamos en filosofía política, moral y demás y eso sí que es enriquecedor para todos.

¿Por qué nos gusta más la derecha? Hablábamos de eso en una tertulia esta Navidad.

Fuimos aportando varias razones sociales y económicas, pero concluimos que la más gorda y contundente es que un gobierno de derechas generalmente cuenta con Dios en sus planteamientos, o al menos no va en contra.

Recordábamos que algunos estudiamos en Derecho Político que el mejor sistema de gobierno, o el menos malo, era la democracia, y añadimos una idea que ojalá pudiéramos soplar a los escritores del libro de texto (para que ellos lo estudien o propongan para algún doctorado)

Pensamos, decía, que el mejor sistema político es el que deja entrar más a Dios en su gobierno y sus planteamientos.

Da igual monarquía, aristocracia, democracia o lo que sea. Incluso si impera una dictadura, y el dictador vive o intenta vivir según la ley de Dios tenemos muchísimos ganado.

Intentará proteger y fomentar la familia, el matrimonio, la vida, la autoridad, no mentir, no robar, ejercitar la solidaridad y caridad…vamos, un chollo.

Todos somos imperfectos y limitados y del “dicho al hecho va mucho trecho”, pero mucho mejor estaremos cuando al menos se parte del “dicho” y el objetivo está en el “ hecho”.

Dios es la Verdad, el Bien y la Belleza y cualquier régimen que intente dar cancha a Dios en sus planteamientos estará más cerca de la Verdad, del Bien y de la Belleza.

Conclusión que estoy muy feliz de que seamos todos de derechas, de que haya matices en cuanto si es mejor uno u otro partido y en quién representa mejor la Doctrina Social de la Iglesia o respeta más los derechos humanos.

Pero todos estamos de acuerdo en que somos de derechas, en buena medida, porque sus gobiernos generalmente o al menos en lo que nos rodea, aceptan a Dios en sus planteamientos.

Un beso a todos

mamá

Publicado en Queridos Hijos