“El que no esté unido al Santo Padre no llegará a ninguna parte”

Cambiar el mundo, Testimonios

Sin Autor

El 12 de octubre de 1960 nace en Madrid Alfonso Riobó Serván, hijo de Pedro y de Carmen. Desde hace tres años, este sacerdote funda y encabeza Omnes, uno de los proyectos multiplataforma de información eclesial que ha sabido ganarse la confianza de sus lectores. O eso muestran las cifras. ¿Por qué? La serenidad y el equilibrio son algunos de los pilares que caracterizan esta publicación. Contar con firmas de la talla de Antonio Moreno, José María Calderón o profesionales como María José Atienza, redactora jefe, también es de ayuda.

A día de hoy, ¿cómo presentarías Omnes a alguien que no lo conoce en absoluto?

Omnes es un medio de información multiplataforma sobre la actualidad de la Iglesia; es decir, combina la información a través de diversos lugares. Lo hace por medio de una revista de periodicidad mensual, que trata los temas más de fondo, en profundidad, con un nivel de análisis más detallado. Otra de las plataformas principales es la página web: www.omnesmag.com (mag como magazine), donde aparece una actualidad más cotidiana, de eventos que requieren una explicación o información más cercana. Y, en torno a estos dos pilares principales, se articula también un sistema de noticias por medio de newsletter, WhatsApp, podcast, vídeos de YouTube, etc.

¿Qué has aprendido en estos años como director? ¿Cuál es vuestro proyecto editorial?

Omnes nació hace un poquito menos de tres años. Éramos una marca naciente y, sin embargo, en estos tres años ha crecido mucho, hasta situarse como una de las publicaciones de referencia en el ámbito de la información religiosa de habla española. El proyecto va más allá de un simple intento informativo. Porque también es una información con características muy precisas que la distinguen o señalan entre las demás ofertas comunicativas.

Las características principales son: en primer término, una información analítica. Procuramos ir al fondo de las cosas, desde donde se tiene la posibilidad de orientar más allá del cúmulo de los sucesos. Esto significa también ir a las fuentes: tantas veces nos contentamos con la primera información que aparece en un medio digital acerca de una intervención del Papa, por ejemplo, o un suceso en algún país del mundo, algo relacionado con la Iglesia Católica… Pero esto requiere una cierta acribia, un acercarse a lo que realmente ha sido dicho o ha ocurrido, para distinguir el polvo de la paja.

También contamos con un cierto contenido formativo. Nosotros no nos conformamos con contar cosas. Informamos desde el amor a la Iglesia y, por tanto, con la intención también de dar a conocer mejor los fundamentos de aquello en lo que la Iglesia y los cristianos creemos y el modo en que vivimos.

Hablamos también de una información constructiva. Por lo mismo que he dicho antes, nosotros queremos fundamentar las cosas sobre la base de la unidad y de la profundización en lo que nos une. Por tanto, no queremos destruir nada. No queremos poner ni quitar Papas u obispos. Nosotros estamos contentos y alegres de que la Iglesia sea como Cristo la ha fundado y como quiere que siga también adelante.

En tercer término, queremos que esta información sea para todos. Porque TODOS formamos parte de la Iglesia, TODOS queremos saber más. Quizá no todos los detalles de todas las cosas, pero sí queremos comprender mejor lo que sucede en estos tiempos, especialmente cuando el mundo vive gran parte en la confusión o en la falta de profundidad. Esto es una reclamación de la audiencia, especialmente la católica pero no sólo, la de encontrar algunos medios –Omnes también- que respondan a este planteamiento. Por eso se llama Omnes que, en latín, significa TODOS. 

Esto es para todos. Para todos los que somos parte de la Iglesia, los que queremos conocer mejor las cosas y los que queremos tener un cierto fundamento cuando hablamos a los demás de las cosas de la Iglesia o de nuestra propia fe. Queremos también ser un instrumento para que todos puedan, a su vez, alimentarse de esta información, estos artículos, estos reportajes o entrevistas, para contar y explicar a otros lo que está sucediendo.

¿Qué es lo que te ha parecido hasta ahora más satisfactorio en esta labor? Y, ¿lo más difícil?

La verdad es que es una maravilla la posibilidad de informar acerca del modo en que los cristianos viven la fe en muchos lugares. Se llena uno de entusiasmo y de agradecimiento al comprobar la piedad popular en algunos países de América Latina, la coherencia con la fe de muchos cristianos en el mundo occidental, los enormes y prometedores proyectos de evangelización que nacen en todas partes… Esto es quizá lo más satisfactorio.

¿Lo más difícil? A veces, hay cosas que no son fáciles de entender y tampoco son fáciles de explicar. Se refieren a diversos temas: situaciones interiores a la Iglesia Católica y a la persecución e incomprensión a la que está sometida en otros sitios.

Omnes procura trabajar y construir la unidad. Esto es importante.

¿Cuál es el reto que tiene ahora por delante la revista?

Seguir creciendo. Gracias a Dios, la audiencia crece rápidamente de manera continuada. Nosotros tenemos proyectos de expansión. Tenemos una edición reciente, que ha comenzado hace pocos meses, en los Estados Unidos; estamos creciendo también en América Latina. En fin, las posibilidades de crecer son muy grandes. Como todos los medios de comunicación relacionados con la Iglesia -esto es algo que me consta de otros como nosotros-, una cuestión no sencilla es la solidez financiera del proyecto. Pero bueno, eso se va trabajando poco a poco y se van encontrando posibilidades.

¿Por qué dirías que un lector ha de elegir Omnes en primer lugar existiendo una gran diversidad de oferta privada extrainstitucional?

En primer término, quiero subrayar la libertad que tiene todo el mundo de leer lo que quiera. Pero es natural que yo piense que Omnes sea una referencia importante. Yo creo que aporta una información serena, equilibrada, que se agradece en estos tiempos. Omnes procura trabajar y construir la unidad. Esto es importante. Dentro de la enorme diversidad que hay legítimamente y que es estupenda. En la Iglesia, hay muchas cosas, pero realmente todas sobre la base de la unidad: el que no está unido al Santo Padre, el que no está unido al resto de la Iglesia, trabaja -digamos- a corto plazo y no llegará a ninguna parte. Sobre lo común, podemos también afirmar lo diverso.

¿Dónde consideras que reside la clave de la Comunicación de la Fe en el siglo XXI?

Yo creo que la clave está, en palabras del Santo Padre Francisco, en la alegría de la fe. Una fe firme, alimentada. Porque, para que sea firme, hay que fortalecerla. También con medios como este y otros. Además, alegre: con la sencillez y la apertura, la naturalidad, de quien ha recibido algo que le cambia la vida y que sabe que es lo mejor para todos.

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