El valor de la amistad cristiana, un don de Dios

Cambiar el mundo

Sin Autor

Hoy en día “gracias” a las redes sociales como Instagram o Twitter podemos hacernos “amigos” de muchísimas personas, de hecho, puedes tener miles y miles de seguidores a los que muchas personas consideran “amigos”, pero ¿cuál es el concepto real de una verdadera amistad? ¿Estamos perdiendo el valor de una real amistad?

Sinceramente creo que ahora mismo estamos en una sociedad en la que debemos disgregar entre amigos y personas conocidas, algo que no es que se distinga muy bien actualmente. Bien, pues no es lo mismo tener amigos, que tener gente que conozcas, gente con las que estés esporádicamente. Una verdadera amistad no se basa en un me gusta de Instagram, un comentario en una publicación o una reacción de BeReal.

La amistad no se busca, sino que se encuentra gracias a que Dios que te pone en tu camino esas personas que te dan la vida. Un verdadero amigo es aquel que se alegra de tus logros tanto personales como académicos, aquel que te anima a superar tus dificultades, aquel que hace que estudies, aunque creas que no puedes más; aquel que te acompaña al hospital de madrugada cuando estás enfermo o aquel que se preocupa por ti y por tu familia.

Porque para salir de fiestas encontraras a mucha gente, pero en el día a día no habrá tantos para poder considerarlos verdaderos amigos. En las verdaderas amistades no es algo como “hoy yo te doy esto y tú mañana me das lo otro», es gratuita, de valor incalculable y que nos protege de la soledad.

Una amistad se basa en una confianza absoluta ya que, aunque tengas algo malo que decirle, él te entenderá ya que un buen amigo no te abandonará en las dificultades, no te traicionará: amistad (amicitia en latín) es “SINCERIDAD, CONFIANZA, COMPARTIR PENAS Y ALEGRÍA, ANIMAR CONSOLAR Y AYUDAR” no lo olvidéis. (Carta pastoral de Mons. Fernando Ocáriz sobre la amistad)

«Este es mi mandamiento: amaos los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos» (Jn 15, 12-14), esto es lo que dijo Jesucristo en la última cena, sus palabras nos alientas a cuidar a nuestros amigos porque debemos de ver la importancia que tienen en nuestras vidas.

También me gustaría aludir a dos frases que dijo Mons Fernando Ocáriz que te ayudarán en momentos de reflexión personal y de oración con Dios: “La amistad cristiana no excluye a nadie, ha de estar intencionalmente abierta a toda persona, con corazón grande” y “Hemos de ser como Jesucristo, que está dispuesto a hablar con todos, incluso con quien no quiere conocer la verdad, como Pilatos”.

En realidad, es que yo creo que la amistad es como un don que nos ha proporcionado Dios, entre muchos otros, para poder iluminar la tierra. Y sí, por supuesto, nos encontraremos dificultades, momentos duros, pero ¿quién te ha dicho que el camino que Dios te pone va a ser fácil? Dios quiere lo mejor para nosotros y por eso nos pone en nuestro camino a personas que iluminarán el sendero de tu vida.

Asimismo, debemos de ser agradecidos y dar gracias a Dios por aquellas personas que nos ha puesto en nuestras vidas y que gracias a él son nuestros amigos, y también darle gracias por las futuras personas que nos iluminarán. Así pues, aprovecho estas líneas, para dar gracias a mis amigos de Santiago de Compostela que Dios me ha querido poner en mi vida para que si Dios quiere estas amistades duren mucho tiempo y nos ilumine en nuestros caminos.

Veritas vos liberabit.

Carlos García Suárez
@carlosgarciasuarezz