Mayo, con M de María

Cambiar el mundo

Sin Autor

Por Gonzalo Gómez
@gonzaloogomeezz

Mayo, mes especialmente dedicado a la Virgen María. Ella es lo humano más cercano a lo divino. “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1:38) María dio su SÍ al Señor de la manera más humilde y confiada posible. Seguramente tendría miles de dudas y no sabría ni siquiera cómo iba a ser posible. Pero solo una cosa le bastaba, Dios.

¿Qué puede salir mal si viene de ÉL? Dale toda tu confianza y déjale actuar como Dios libre que te quiere. Aunque ahora no lo veas, sigue Su camino porque seguro llegará a buen puerto. “Y les dijo: “Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿os faltó algo?”. Dijeron: “Nada” (Lucas 22:35).

“Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: “No tienen vino”. Jesús le dice: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dice a los sirvientes: “Haced lo que él os diga” (Juan 2:3-5) María es intercesora nuestra. Ella lleva siempre nuestras súplicas y necesidades a su Hijo. Actúa en favor nuestra para nuestro bien. Pídele luz para que, al igual que los sirvientes, seas capaz de ver lo que Jesús te dice.

A veces las cosas de este mundo no nos dejan ver más allá y la pereza, el trabajo o la visión que tiene la sociedad hace que tropecemos y caigamos. Pero María siempre está ahí para levantarnos y curarnos las heridas como una madre hace con sus hijos. Ella nos ofrece su ayuda para volver a ponernos en camino hacia el Señor. Nos corrige en nuestros errores y nos acompaña de la mano con su amor maternal. “Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. (Juan 19:26-27).

Acógela tú también como algo propio. Tenla siempre presente porque ella al igual que tú y que yo tuvo dudas, pero su confianza en Dios las venció y obtuvo una recompensa mucho mayor. Y lo mejor no es esto, sino lo que no está escrito. Aquello que le cuentes que te preocupa, te inquieta o deseas. Sea lo que sea, rézaselo, pronuncia su Dulce Nombre. Ella está esperando con ganas que se lo cuentes para darte su ayuda y consejo maternal. No hay nada más bonito y más puro que el amor de una madre hacia sus hijos. María es tu madre: quiérela, ámala, rézala.