¿Te cuesta pedir perdón?

Cambiar el mundo

Sin Autor

Por María Claudia Enríquez

Puede que al leer esta pregunta te encuentres del lado de a quienes les cuesta mucho pedir perdón. Si bien los motivos pueden ser variados hay algo que nos demanda la reconciliación que es poner en juego nuestro corazón. Es decir, que para que el perdón sea genuino debe venir desde la profundidad del amor que habita en cada uno de nosotros.

El único que nos puede enseñar y ayudar a perdonar así, de verdad, es Jesús.

Teniendo en cuenta que estamos transitando el camino de cuaresma, me pareció oportuno reflexionar hoy sobre este tiempo como una oportunidad de reconciliación con Dios y con nuestros hermanos, con nosotros mismos y también con la creación. Somos seres integrales que vivimos en relación con personas y con entornos. Y seguramente en ese constante vincularnos tropezamos y necesitamos pedir perdón.

Asimismo, recordando que en este tiempo especial estamos invitados a la oración, la reconciliación y la limosna generosa, qué mejor que darnos un espacio de calidad para preguntarnos cómo vivimos el perdón en nuestro día a día. Para ello, no estamos solos, Jesús -maestro de misericordia- es a quien podemos pedir que nos ayude a crecer en nuestra capacidad de perdonar para vivir y compartir la paz.

El sacramento de la reconciliación es un signo del gran amor que Dios nos tiene

En este sentido, el sacramento de la reconciliación es un signo del gran amor que Dios nos tiene. Él siempre nos está esperando y nunca se cansa de perdonarnos ¡Qué hermoso sería que en este tiempo de cuaresma nos animemos a pedir perdón! Somos hijos e hijas de un Dios bondadoso, que quiere que seamos felices, que tengamos un corazón cada día más autentico liberado de todo aquello que oscurece nuestra vida.

Pidamos al Espíritu Santo un corazón manso y humilde a semejanza del corazón de Jesús que sea capaz de perdonar desde el amor haciéndonos cada día más pacientes y misericordiosos con nuestros hermanos y hermanas.

Amén