En Cuaresma, ¡sin vergüenza!

Cambiar el mundo

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Jacobo Gómez @jacobogcardenas

Creo que es la Cuaresma que mejor estoy viviendo en la fe y más cercano a Dios. Es como cuando te enamoras en un ‘jodido flechazo’, pues igual; Dios me ha atravesado por dentro. Lo complicado es que en estos 40 días sea constante en mantener viva la llama y no se apague. Hace días, en un retiro que hice, en una nota no podía describir mejor mi sensación de fe en Cuaresma: “Pasados los días de nuestra humillación llegará el tiempo de nuestro ensalzamiento”.

Me marcó esta frase porque estos 40 días son como resumir nuestra vida: después de tantas caídas, llegará el momento en que esté en total paz con Dios de la mano. No solo son días de tropiezos, también quiero exprimir y beberme los buenos momentos como si fuese una birra helada. Después de esta “borrachera espiritual” en la que me encuentro estas semanas, cuando acabe Semana Santa voy a proponerme vivir en una eterna “resaca de fe”.

Y no, no me avergüenzo de decirlo y lo comparto con mis colegas, esta Cuaresma voy a misa y a horas santas con una motivación y unas ganas como cuando te duchas

Y no, no me avergüenzo de decirlo y lo comparto con mis colegas, esta Cuaresma voy a misa y a horas santas con una motivación y unas ganas como cuando te duchas y arreglas para ir a unas copas, pues exactamente el mismo sentimiento. Parece fácil decirlo, pero está siendo tan complicado explicar la felicidad con la que me levanto todos los días…gracias, “jefe”.

Por lo que, en resumidas cuentas, que me sirva y nos sirva este tiempo para espachurrarlo a tope siendo nuestras mejores versiones, limpiarnos por dentro, dejar a un lado el egoísmo propio y querer a Dios hasta que duela.