La Vida consagrada, un dedo que apunta al Cielo

Cambiar el mundo

Sin Autor

Habiendo celebrado estos días pasados la jornada de oración por la vida consagrada, no dejo de pensar en que es providencial que el Papa Francisco en sus últimas catequesis hablase a fondo del discernimiento.

En su catequesis del 28 de diciembre de 2022 el Papa toca un punto esencial a tener en cuenta en la vida Cristiana pero indispensable y crucial para las almas consagradas: la familiaridad con el Señor:

«La oración es una ayuda indispensable para el discernimiento espiritual, sobre todo cuando involucra a los afectos, consintiendo dirigirnos a Dios con sencillez y familiaridad, como se habla a un amigo. Es saber ir más allá de los pensamientos, entrar en intimidad con el Señor, con una espontaneidad afectuosa. El secreto de la vida de los santos es la familiaridad y confidencia con Dios, que crece en ellos y hace cada vez más fácil reconocer lo que a Él le agrada. La oración verdadera es familiaridad y confidencia con Dios (…)»

Todos somos consagrados por el Bautismo y, por tanto, hemos de pensar que la Fe, la Esperanza y la Caridad solo están puestas en Cristo, Nuestra Vida.

Por misericordia De Dios, es mi segundo año que llevo ejerciendo el ministerio de la confesión en dos monasterios de mi ciudad y, se ha convertido para mi en una escuela de sencillez y de virtud!

De ahí el título de este artículo, la Vida consagrada: un dedo que apunta al Cielo. Pasa oculta pero cuántas gracias aporta a la vida y la comunión de la Iglesia.

«La vocación viene de Dios, pero es en el hogar donde crece. Nunca tendremos que temer la falta de vocaciones, si tenemos la fe y el coraje necesario para poner en práctica el rezo del Rosario en familia. Está históricamente comprobado que una familia que reza el Rosario, es un terreno muy fértil para el surgimiento de los futuros sacerdotes, religiosos y religiosas». (Mons. Murray, arzobispo coadjutor de Winnipeg (Canadá)).

El Padre Pierino Galeone, hijo espiritual del Padre Pío, el pasado día 3 de enero escribía: «los consagrados son odiados por Satanás porque con sus testimonio renuncian radicalmente al mundo del que él es espíritu. Por eso Satanás agudiza el odio con las persecuciones, mientras que Jesús les promete el ciento por uno y la vida eterna»

P. Felio Vilarrubias
Sacerdote de Jesucristo ( Barcelona)