¿Éxito como padres es…?

Cambiar el mundo

Sin Autor

Queridos hijos: ¿”El éxito como padres es…”?

Esta pregunta me la he hecho muchas veces y también la he hecho a muchos padres amigos y conocidos en cursos, reuniones y demás.

Lo primero que nos sale a todos es que va unido a tener hijos felices pero no está tan claro, al menos yo no lo acabo de ver. Si tengo un hijo feliz pero, por ejemplo, vive de una manera poco honrada, o tengo un hijo muy feliz que ni se acuerda de dónde nació ni de quién lo crió, no sé si consideraría haber tenido mucho éxito como padres. En esos supuestos -y aunque le viera muy feliz- yo no me sentiría muy satisfecha ni exitosa.

Tener éxito como padres a mí me suena más a ser capaz de transmitir a nuestros hijos estas dos cosas: La primera (y con más enjundia) unos principios de ideal, de honra y sobre todo de fe. La segunda, un amor profundo y sincero por su familia. No me refiero a la que van a formar ellos -que es fácil- sino a la que ya tenían, empezando por sus padres, abuelos, tíos y demás parientes, cada uno en su medida. Resumiendo: que quieran a su familia, a toda su familia y que se note.

Por eso papá y yo estamos muy satisfechos de que todos váis terminando con bien la universidad y de que tengáis buenos y honrados trabajos. Pero lo que realmente nos llena de satisfacción es haberos transmitido el sentido de la vida, que respiréis y viváis en cristiano. Como estamos convencidos de que en la vida estamos para dar gloria a Dios y ganarnos el cielo para siempre, nuestra mayor satisfacción es ver que vosotros pensáis y estáis en lo mismo. No os podemos expresar, aunque creo que lo intuís y a veces también os lo decimos, lo orgullosísimos que papá y yo estamos de vosotros.

Es gracioso porque hay quien piensa que no os hemos dejado libertad para pensar otra cosa. Como si a los 20, 30 y 40 años uno viviera de una manera determinada porque sus padres se lo dicen así.

Educar en libertad consiste también en generar en nuestros hijos pensamiento propio y cuando vosotros, libremente y porque os da la gana, vais haciendo una opción de vida similar a la nuestra, optando por la fe y la manera de vivir que os habíamos intentado transmitir pues…para qué os voy a contar… ¡No sabéis qué satisfacción! Nos hacéis sentir los padres más felices del mundo.

Lo demás importa, pero menos: un trabajo u otro, más o menos dinero, pocos, muchos o muchísimos hijos, más o menos salud… Son cosas importantes y que en un momento dado pueden hacer sufrir mucho, pero no son lo esencial.

No sólo porque estamos en esta vida de camino al cielo, sino también porque viviendo como Dios quiere se ahorra uno mucho tropezón en la vida. Hay cosas que producen sufrimiento porque sí, porque la vida no es un camino de rosas, pero también hay tropezones que nos vamos buscando cuando vivimos de espaldas a Dios.

Por eso todo es más fácil de entender, de vivir y de amar con Dios. Y eso sin hablar de las virtudes propias de vivir en cristiano, que son una pasada.

Luego está la segunda parte: la podemos resumir en sentirse querido por los hijos. Va muy de la mano de la primera. Alguien que lucha por ser buen hijo de Dios y quererle más, es mucho más fácil que sea también buen hijo de sus padres. No sólo que les quiera, sino que luche por quererles cada vez más y mejor. Esto no sólo es lógico, sino que encima está en los Mandamientos de Dios.

Conclusión: para tener éxito en la educación de vuestros hijos id al grano, poned todos los esfuerzos en la educación de vuestros hijos para que sean piadosos, que su jerarquía de valores empiece en Él y de Él deriven los demás valores. Poned de vuestra parte lo posible para que ellos no se alejen de Dios, sino que decidan y elijan libremente vivir con Él. Y ya veréis como todo lo demás vendrá por añadidura .

Y si nos parece, si os parece en muchos momentos, que las cosas se complican, que no salen cómo nos parece que tenían que salir, que todo va fatal, tranquilos, seguid en la línea y adelante. A veces Dios escribe recto con renglones torcidos.

No os despistéis mucho en lo que ahora os puede parecer fundamental: el inglés, el chino, la música, el baile, el tenis, el pádel,… Todo esto puede estar muy bien pero siempre en su sitio.

Alguna idea de como hacerlo en el día a día, cómo no contestar a los cantos de sirena y cómo buscar la manera de facilitar la piedad, lo voy pensando y os cuento en la siguiente carta.

Un abrazo muy fuerte.

Mamá

Publicado en Queridos hij@s