CRISTO HA RESUCITADO. ¡ALELUYA!

Catequesis, Experiencias, Testimonios, Vocación

Nos llega a “Confinadas por Amor” una carta, desde un convento de Murcia, con la que quieren despertar el hambre de hacer de nuestra vida una Pasión, Muerte y Resurrección.

“Hoy la Iglesia canta: “Cristo ha resucitado, alegría del mundo”. Esta verdad divina nos la tendríamos que cantar cada uno de los que creemos en el Resucitado. Como vemos la alegría no es algo sino Alguien.

El apóstol San Pablo les grita a los cristianos de Filipo: “ Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres”.

¿Pero es posible vivir alegres en este mundo confuso en el que vivimos?

Hoy se ha perdido el valor de la sensibilidad ante los males ajenos. Hoy, el aborto es normal, la eutanasia se mira como una cosa normal que nos libera. En una palabra, la humanidad está en crisis. A pesar de todo esto, yo sigo creyendo que la alegría es posible, pero no esa alegría que da la propaganda de felicidad ni las evasiones de placeres, donde los sentidos quedan satisfechos y el corazón vacío, sino de la que nos habla San Pablo: “¿Quién me separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación, la angustia, el sufrimiento, la enfermedad, el hambre..? En todo esto vencemos gracias a Aquel que nos llamó”.

Sí, la alegría es posible porque es fruto del Espíritu Santo, porque la alegría no es fruto de la diversión, sino de la conversión.

Jesús nos dice: “En el cielo hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve que no tienen necesidad de conversión”. La alegría es posible porque no es nirvana utópica, sino un calvario iluminado y redimido por Cristo resucitado.

Nuestro mundo está enfermo de tristeza y busca liberarse de ella como agua de mayo.

Con la Resurrección de Cristo, la alegría ha nacido en cada corazón cristiano. Tenemos como tarea ser sembradores de alegría en nuestro hogar, en nuestro trabajo, frente a cada ser humano que nos encontramos en nuestro camino.

El evangelio de Jesús no solo es “Buena noticia” sino también “Buena alegría”. ¡Qué bueno sería que fuéramos por la vida cantando esto:

Resucitó el Señor y vive en el hombre
que sin vida quedó por los demás.
Resucitó el señor y está en la encrucijada
de todos los caminos que llevan a la paz.
Resucitó el Señor y llama a la puerta
de todos los que olvidan lo urgente
que es amar.
Resucitó el Señor y vive en el que queda
cautivo por todos los que luchan
por conseguir al hombre su libertad.
Resucitó el señor, su Gloria está en la tierra
en todos los que viven su fe, amor y paz.

“Confinadas por Amor”