Vuelve a Mirarme! – EL GRAN MISTERIO DE LA IGLESIA

Cambiar el mundo, Universitarios

Nunca me había fijado en lo feas que son las vidrieras de una iglesia vistas desde fuera. Lo comento hace poco un sacerdote en la homilía. En cambio – añadió – basta entrar para apreciar claramente su belleza, que llena el templo de color y de luz.

Hoy en día cuando se habla de la Iglesia siempre se sacan los mismos temas: escándalos, sacerdocio femenino, matrimonio homosexual, divorciados vueltos a casar… Incluso los propios cristianos nos vemos abocados a afrontar una y otra vez estas cuestiones como si fuese lo esencial, lo más importante o urgente. Al final, intentamos dar una respuesta para salvar la situación y sobre todo esperamos que no nos vuelvan a sacar el tema…

Sin darnos cuenta, hemos puesto nuestro punto de mira donde lo pone la sociedad. Aquellos que ven la vidriera desde fuera nos hacen dar una explicación de por qué pertenecemos a algo tan feo y oscuro. Podemos explicarles lo que sea, pero para dar una respuesta verdadera debemos contemplar la Iglesia tal cual es.

Por ello, Cristo – con el Espíritu Santo – nos invita a volver la mirada a su obra maestra, a adentrarnos de nuevo en el misterio de la Iglesia. Mira el templo desde dentro, y descubrirás como esas vidrieras oscuras pasan a ser luz, esas miserias son las que nos permiten ver la misericordia de Dios. “Porque si un miembro padece, todos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros gozan con él. Vosotros sois miembros de Cristo, y cada uno un miembro de Él” (1Co 12, 26-27). Hoy Cristo te susurra: «¡gírate, vuelve a mirarme!» Quiere que contemples las maravillas que ha hecho contigo, que seas consciente de que formas parte de la Comunidad encargada de obrar la salvación de la humanidad.

Desde “Jueves Universitarios”, os proponemos recorrer un camino para intentar dar respuesta a las grandes preguntas que nos puedan surgir sobre la Iglesia: ¿qué es realmente? ¿Cuál es su fin? ¿Qué busca? ¿Ser miembro suyo qué significa? ¿Por qué la fundó Jesús? ¿Se puede corromper? ¿Cómo…? Nuestra base será el Catecismo de la Iglesia Católica.

Si realmente nos metemos en serio, con la ayuda del Espíritu Santo, ya no nos limitaremos a justificar nuestra pertenencia a una institución, sino que seremos capaces de dar razón de nuestra esperanza.