No te preocupes, porque todos tenemos inseguridades. Es verdad, no lo podemos remediar, pero… ¡no es cuestión de que vivas con ellas toda tu vida!
Ejemplos de inseguridades hay miles: estar inseguro antes de un examen que llevas regular, fallar en el trivial o simplemente tener que examinarte de segundas del carnet de conducir. En realidad, todas ellas, a lo que conducen es a pasar nervios, ansiedad y a veces llevarte un mal rato. Pues bien, hay un truco para intentar evitarlas, o al menos reducirlas en gran medida.
Para poder aplicar el truco que a continuación te voy a decir, necesito primero que descubras algo. Este algo consiste en que tienes estas inseguridades porque confias en ti, únicamente en ti y solamente en ti forever and never. Y es que, en el examen te centras en si te acordarás o no, en el trivial confias en tus conocimientos y para el coche a veces mejor confiar en un buen examinador, porque sino… Lo que pretendo es, que aunque confiar en uno mismo es bueno y está muy bien, hay que confiar también en lo que llamamos providencia, confiar más en Dios. Confiar en que realmente está contigo las 24 horas, los 7 días de la semana, durante los 12 meses -siempre-. Y no te va a dejar solo ante las dificultades que te plantea la vida y todas aquellas ocasiones que te asustan y hacer sentir inseguro.
El truco: ante todas las ocasiones que te crean inseguridad, confía más en ÉL. No te centres en ti, olvidando que ÉL está ahí, no dejes a Dios sentado en el banquillo de suplente… porque créeme, ¡no hay mejor titular que ÉL!