Yo me visto de nazareno, ¿Y tú?

Cambiar el mundo, Universitarios

Casi es Semana Santa, ¡Madre Mía! ¿Cómo no prepararse? ¿Cómo no escribir sobre ello si es la fiesta más importante, el pilar de nuestra fe, donde todo se sustenta? Nuestra vida tendría que vivirse como la Semana Santa, acompañando al Señor en todas las etapas posibles, en su alegría, en su entrega, en su desolación y sobre todo ¡en su Resurrección!

Lo que nos pide el Señor es que le acompañemos, no quiere estar solo, quiere ver y que estemos con Él, que no nos perdamos, quiere llevarnos a la salvación, ¡quiere llevarnos al Cielo! ¿Cómo no vamos a querer acompañarle? ¿Qué tipo de locura nos llevaría a no aceptar estar con el mismísimo Cristo? Es por eso que tenemos que vestirnos como nazarenos, cubrirnos como Él, ser uno en Él. Pero podemos caer en limitarnos solo a disfrazarnos, o a asistir por mera costumbre a las procesiones y a los oficios, porque esto NO BASTA. Que nuestro mejor “disfraz” esta Semana Santa sea el que no se vea, el interior, vestir de la mejor manera nuestro corazón, prepararnos para lo que está por llegar.

Gracias a Dios, y nunca me12_00jor dicho, la Cuaresma ha sido el momento preciso para llenarse de Dios, modelar nuestro corazón y unirlo más al suyo. La Cuaresma es “simplemente” una preparación interior, un dejarse hacer por Cristo. Si se me permite la comparación, es estar en el taller de la modista preparando el traje de nazareno para que quede listo para cuando tenga que salir. Ahora es cuando toca vestirse, ahora es el momento de acompañar al Señor. Es tiempo de que nuestro tesoro escondido, nuestro corazón engalanado de nazareno colme la sed del Señor, que seamos la respuesta al “tengo sed” o al “velad conmigo esta noche”. Cristo nos tiene que encontrar despiertos, dispuestos a unirnos más a Él, a estar dónde Él más nos necesite, y ¿qué mejor manera que vestirnos de nazarenos?

En conclusión, nuestra vida tiene que ser una Semana Santa – negrita y doble subrayado. Que se nos note que somos de Dios, que se note que somos cristianos y que la Semana Santa es el centro de todo, el misterio de nuestra vida, la salvación de la humanidad, el amor hasta el extremo.