“El indomable Will Hunting” – Más allá del talento

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“El indomable Will Hunting” (1997), dirigida por Gus Van Sant y escrita por Ben Affleck y Matt Damon, sigue a Will, un joven genio que trabaja como conserje en el MIT y que, pese a su mente brillante, vive atrapado tras una coraza de tipo duro y evasión emocional. Entre peleas, sarcasmo y libros, esconde un pasado marcado por el abuso y la soledad.

Su encuentro con Sean, un terapeuta interpretado magistralmente por Robin Williams, se convierte en el punto de inflexión de una vida que parecía condenada a no avanzar. La película destaca no solo por la inteligencia de su guion, sino por su capacidad para hablar de temas profundos como la amistad, el amor, el perdón y el propósito. A lo largo de la historia resuena una pregunta esencial: ¿qué hacemos con los dones que hemos recibido?

La relación entre Will y Chuckie es uno de los pilares más hermosos del filme: auténtica, leal y desinteresada. No hay filtros ni máscaras entre ellos, solo el deseo sincero de que el otro viva plenamente. Esta forma de retratar la amistad me recuerda que Dios pone en el camino a personas para sostenernos cuando no somos capaces de sostenernos a nosotros mismos.

La escena en la que Chuckie le dice a Will que, si dentro de veinte años sigue en el mismo barrio, irá a buscarlo para matarlo, es una de las más sinceras declaraciones de amor fraternal del cine moderno. No lo dice por desprecio, sino porque lo ama tanto que no soportaría verlo desperdiciar sus dones.

Esa amistad actúa como ancla en medio del caos y como llamada a la responsabilidad, recordándonos que la verdadera lealtad no consiste en permitir que el otro se quede donde está, sino en impulsarlo a ser quien está llamado a ser.

El segundo gran tema de la película es la superación del trauma y la reconciliación interior. Will carga con heridas que lo empujan a esconderse tras una arrogancia mordaz como mecanismo de supervivencia. El abuso de su infancia le ha hecho creer que no merece amor ni confianza, y por eso sabotea todo vínculo que amenaza con derribar ese muro.

Con cada sesión, Sean va desarmando esas defensas hasta tocar su herida más profunda y lo ayuda a confrontar su pasado, repitiéndole con ternura: “No es tu culpa.” En ese instante, Will rompe a llorar, y con él, el espectador. Es el momento en que la máscara cae y el alma se libera. La película nos recuerda que no hay inteligencia ni talento que pueda reemplazar la paz interior, y que solo al aceptar nuestra fragilidad podemos encontrar la verdadera fortaleza.

El tercer eje de la historia es la búsqueda del propósito. Will posee un don extraordinario, pero no sabe qué hacer con él y duda entre mantenerse en la comodidad de lo conocido o afrontar el vértigo de un futuro incierto. Muchos creyentes vivimos un proceso similar: discernir qué espera Dios de nosotros no es sencillo y, por miedo a fallar, podemos vernos tentados a escondernos. Sin embargo, cada talento es una responsabilidad, y cada don, una invitación. Como la parábola de los talentos (Mt 25,14-30), Dios nos confía algo no para enterrarlo, sino para hacerlo fructificar. Solo cuando Will se atreve a dejar atrás su miedo comprende que la libertad consiste en asumir el riesgo de amar, crecer y servir.

“El indomable Will Hunting” no trata de un genio que conquista el mundo, sino de un joven que descubre que la libertad auténtica nace de la confianza. Solo amando y dejándonos amar podemos descubrir nuestro propósito.

Al final, Will marcha hacia lo desconocido, pero ya sin miedo: ha entendido que su vida no está determinada por su pasado, sino de lo que decide hacer con su presente.

Y en ese gesto final, la película nos invita a preguntarnos: ¿qué heridas necesito sanar?, ¿qué talentos estoy escondiendo?, ¿a quién debo perdonar para avanzar? El verdadero triunfo no está en resolver ecuaciones imposibles, sino en permitir que el Amor nos encuentre y nos envíe hacia un nuevo comienzo.

José Carcelén Gómez

Ficha técnica:
Título original: Good Will Hunting
Año: 1997
País: Estados Unidos
Dirección: Gus Van Sant
Reparto: Matt Damon, Robin Williams, Ben Affleck, Stellan Skarsgård, Minnie Driver