Ex convicto y católico intercede por un profesor ateo

Películas

Sin Autor

En pocas palabras este es el argumento de la película “The Sunset Limited” protagonizada por Tommy Lee Jones y Samuel Jackson. La iniciativa ya resulta atractiva por protagonizarla los actores citados, pero la cuestión va más allá. El argumento cuenta como un trabajador, ex convicto, un obrero humilde, católico y negro, rescata de un intento de suicidio a un profesor universitario, ateo y blanco.

La película no tiene más personajes que ellos dos y la ambientación no sale del lúgubre piso, en un barrio marginal, donde vive el negro católico, quien a sí mismo se denomina “negrata”. Desde el comienzo se establece un debate intenso sobre la existencia de Dios, con una vieja Biblia sobre la mesa en todo momento.

El debate es de una gran altura intelectual, lo cual exige del espectador especial atención para no perder el hilo de los diálogos, muy elaborados, fruto del guionista Cormac McCarthy, escritor norteamericano muy influyente durante la segunda mitad del siglo XX.

La película incide sobre la respuesta a la pregunta: ¿Si existe Dios, por qué hay infelicidad en el mundo? Pregunta muy manida, y repetida hasta la saciedad. El profesor hace gala de su existencialismo – propio de Kirkegaard y de Schopenhauer- viendo la vida como una etapa de sufrimiento, en la que si cada individuo la viese desde otro punto de vista que no fuese el suyo estaría abocado al suicidio. El ex convicto, por el contrario, defiende su postura de creyente con valentía y fe en la Sagrada Escritura, de forma estoica -sin saberlo hace una muy honrosa actualización de la teoría teodicea que el filósofo alemán Leibniz hizo en el siglo XVIII-, de esta manera su esperanza y confianza en Dios prevalecen frente a la desesperación del profesor.

La retórica de ambos es brillante por momentos, y cuando menos interesante. La película deja preguntas abiertas y momentos para la reflexión. El profesor, en uno de sus momentos lúcidos, dice que no cree en Dios, por descontado, pero que la humanidad se debilita cuando niega la esencia divina que conlleva dentro. Su oponente, no se queda lejos y expone que el creyente cree en su espiritualidad de forma inteligente; a mi parecer esto vendría a decir que el cerrarse a la religión, no es más que un reduccionismo absurdo. Desde Aristóteles la Teología fue un campo de estudio que en muchos casos fue más importante que otras ciencias como las matemáticas.

En un momento el ex convicto le dice que él es un creyente convencido, pero que es inquisitivo, aunque no escéptico. El profesor le dice que le explique la diferencia, a lo que le responde que el escéptico directamente deja de creer, y el inquisitivo no deja de buscar la Verdad – lo mismo que Miguel de Unamuno no se cansó de decir a lo largo de su vida-.

El profesor va aumentando en su desesperación por la deriva degenerativa de la humanidad y porque no sabe a quien pedir perdón, momento cumbre en la película. El pobre católico se queda sin palabra y abatido en ese momento, por no poder responder a esta inquietud. Queda abierta la puerta al debate en conjunto con el fin de llegar al entendimiento.

Frente a la insistencia sobre como puede permitir Dios esa degeneración y maldad en la sociedad yo podría decir que: Dios nos dio la libertad para desarrollar nuestra capacidad de hacer el bien, cuando esta capacidad se torna, el hombre provoca el mal. La única forma de que Dios pudiese influir en las acciones del hombre tendría que haber sido en su no creación.

José Carlos Sacristán