Hace unos días pregunté a un grupo de adolescentes cómo veían actualmente a la Iglesia. Las respuestas resultaron ser variadas, pero con un punto en común: su desconexión con ella. Esto no quiere decir que no encuentren una forma de ver y sentir a Dios puesto que sí afirmaban esto solo que mantienen este discurso por aquello que han visto o leído.
Esto coincide con la reciente pérdida del Papa Francisco, con ella, se nos ha ido la persona, pero no sus enseñanzas y mensajes. Permanece, por tanto, un intento por apostar hacia una Iglesia abierta, sin fronteras y “que hace lío”. Una Iglesia que escucha y actúa.
Continuando con aquellos adolescentes, muchas de sus cuestiones y opiniones acerca de la Iglesia, fueron corroboradas por palabras del Papa Francisco (ante sorpresa de varios de los asistentes). No los culpo, en una sociedad en la que los influencers son otros y las demandas son diferentes, es habitual no encontrar mensajes que provoquen una reflexión y nos acerquen a Dios.
En este sentido, tener curiosidad, voluntad de búsqueda y una escucha activa hacia el prójimo son aspectos fundamentales para actualizar y mantener el mensaje de Dios. Al menos así, lo entiende la persona que escribe estas líneas.
A modo de cierre, quizás, no estamos tan alejados de la Iglesia como creemos, quizás estemos en el mismo equipo.
José Alberto Suárez Torres
