María Valentina, venezolana y comunicadora social, creció en una familia católica pero no siempre le fue fácil confiar en Dios. A los 12 años le diagnosticaron escoliosis y vivió también la herida de la separación de sus padres, lo que puso en duda su fe.
En 2016 asistió a un retiro juvenil donde descubrió la fraternidad y decidió entregarse a Cristo. Hoy forma parte de un movimiento de evangelización juvenil y de la pastoral de medios en su parroquia, sirviendo con valentía a través de la comunicación.







