🎾 La Raqueta y la Cruz: ¿Qué tienen en común?

Catequesis

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Hoy se celebra algo que suena raro: la Exaltación de la Santa Cruz. Y no, no es una fiesta de espadas ni de videojuegos. Es una fecha que nos invita a mirar la cruz de Jesús con otros ojos. ¿Celebrar una cruz? ¿Eso no es como celebrar el sufrimiento?

🧠 Primero, un dato curioso: antes se celebraba también la Invención de la Santa Cruz. Pero “invención” no significa que alguien se la inventó como un gadget nuevo, sino que se refiere a su descubrimiento. Viene del latín invenire, que significa “encontrar”.

Vivimos en la era de la tecnología, donde todo se trata de hacer la vida más fácil. Apps para todo, comida rápida, inteligencia artificial (¡hola!), y cero complicaciones. Pero la cruz representa lo contrario: esfuerzo, entrega, sacrificio. Y aunque suene anticuado, eso también tiene su valor. Porque la vida no es solo comodidad… también es reto, lucha, aventura. Como el deporte.

🎾 ¿Viste la final del US Open entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner? Fue una batalla épica. Dos jóvenes dándolo todo, sudando, cayendo y levantándose. Y lo más loco: ambos tuvieron un momento espiritual antes del torneo. Alcaraz recibió una bendición en la catedral de St. Patrick en Nueva York. Sinner, en el Vaticano. ¿Casualidad? Tal vez no.

Después del partido, Sinner dijo algo muy honesto: que Alcaraz había sido mejor, que él tenía que cambiar cosas, arriesgar más. Eso es lo que hace la cruz en nuestra vida: nos empuja a mejorar, a no rendirnos, a sacar lo mejor de nosotros.

💬 Alcaraz también lo dijo claro: “Lo que me hace feliz es estar con mi familia y amigos. Si no tengo eso, no soy feliz.” No se trata solo de ganar, sino de saber qué es lo que realmente importa.

📖 En el Evangelio hay una frase brutal: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para que tengamos vida eterna.” Jesús no vino a juzgar, sino a salvar. Y lo hizo desde la cruz. No por obligación, sino por amor.

La cruz no es solo un símbolo religioso. Es todo lo que hacemos por amor: perdonar, ayudar sin esperar nada, esforzarnos por los demás, dejar el ego a un lado. Es como entrenar para un torneo: no se gana desde el sofá con una Coca-Cola en la mano. Hay que estar preparado.

👑 En el año 628, el emperador Heráclito quiso hacer una procesión con la cruz, vestido con todo su lujo. Pero no podía avanzar. El obispo le dijo: “Así no caminaba Jesús.” Heráclito se quitó la corona, el manto, y descalzo, pudo seguir. A veces, para avanzar, hay que soltar lo que pesa.

💪 Como los atletas que entrenan para la gloria, nosotros también podemos abrazar nuestra cruz diaria. No como castigo, sino como camino de transformación. Porque la cruz, al final, es eso: amor que se entrega, vida que se da.

Juan Luis Selma