Querido Papa Francisco:
Soy una joven de 27 años, creyente y profundamente admiradora de todo lo que representa. Quiero aprovechar esta oportunidad para expresarle, en nombre de todos los jóvenes, nuestro más sincero agradecimiento por su dedicación y amor hacia todos los pueblos del mundo, especialmente hacia los más necesitados.
Desde que asumió el papado, ha sido un faro de esperanza, guiándonos con sus palabras llenas de sabiduría, humildad y compasión. Lo que más admiramos de usted es su capacidad para conectar con las personas, sin importar su origen, su religión o su situación. Su mensaje de amor y solidaridad nos ha tocado profundamente, porque vemos en usted a alguien que verdaderamente vive lo que predica.
Gracias por enseñarnos la importancia de la misericordia, el perdón y el respeto hacia los demás. Gracias por recordarnos que nuestra fe no debe ser solo una creencia, sino una acción que transforme el mundo. Su ejemplo nos inspira a ser mejores personas cada día, a no perder la esperanza y a luchar por un mundo más justo.
A lo largo de su papado, hemos visto cómo se ha preocupado por los más vulnerables, cómo ha hablado en defensa de los pobres, los enfermos y los que sufren. Su valentía al enfrentar temas difíciles nos llena de admiración, porque sabemos que no es fácil en un mundo lleno de desafíos.
Le agradecemos de corazón, por ser ejemplo de amor y por transmitir la verdadera esencia del evangelio, mostrándonos que la fe y la caridad van más allá de las palabras: se viven con hechos.
Gracias por ser una luz para todos nosotros, por guiarnos con su ejemplo y por darnos esperanza en tiempos de oscuridad.
Con mucho cariño y gratitud,
Patri Cárdenas.
@patricrdenas