Desde hace tiempo me hago una pregunta que pienso o creo que nos la hacemos o nos la tendríamos que hacer todos:
¿Tenemos al Señor siempre en nuestra vida o solamente cuando nos viene bien?
Solemos tender a acordarnos del Señor en los momentos que nos vemos apurados, por algún problema de trabajo, de salud, familiar, pero cuando tenemos solucionado o cuando le pedimos algo y no nos lo concede cuando queremos, ya que el ser humano somos tan impacientes que queremos todo, no para ya, sino para ayer sin tener en cuenta que los tiempos del Señor no son los nuestros, nos enfadamos con ÉL y nos olvidamos de que está siempre a nuestro lado, pensamos que no nos escucha, que no nos hace caso…
¿Realmente creemos que es así?
Porque si eso es lo que creemos o sentimos es que realmente no hemos comprendido nada, pues con su muerte en la Cruz nos demostró que nos escucha a diario, que conoce todo lo nuestro, nuestras faltas, pecados, etc. Aunque no se lo contemos.
Dejemos que el Espíritu Santo actúe sobre nosotros.
Que sea la voluntad del Señor.
Y tengamos plena confianza en Él.
Que sea el centro de nuestras vidas, pues realmente sin ÉL nos somos nada y nadie nos va a decir con el mismo amor, las palabras:
NADIE TE AMA COMO YO
Montserrat Ricote
