«Feliz culpa». Zofia Kossak

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En la solemne liturgia de la Semana Santa, durante uno de los momentos culminantes del sábado santo por la noche, en la extraordinaria Vigilia que es considerada como la “madre de todas las vigilias”, tiene lugar el rezo o el canto del pregón Pascual, durante el cual se canta o se reza unas impresionantes palabras: “Oh feliz culpa que mereció tan grande Redentor”.

Precisamente Zofia Kossak (1889-1968) escogió esta impresionante oración como título para su preciosa novela histórica acerca de la devoción de “Nuestra Señora de Koden” que redimió al pueblo polaco en uno de los momentos cruciales de su historia en el siglo XVII.

Como es bien sabido, Zofia Kossak, fue una escritora de novela histórica de gran relevancia en la vida intelectual polaca tanto de la resistencia al régimen nacional socialista alemán, como al comunista ruso, durante las sucesivas invasiones que padecieron en el siglo XX.

Indudablemente, estas novelas históricas, como la que ahora ofrece Palabra, en su colección arcaduz, fueron enardecedoras para el pueblo polaco y ayudaron a mantener alto el espíritu y la esperanza de recuperar la libertad.

La trama de la novela se centra en Mikolaj Sapoieha, conde de Koden y cabeza de uno de los insignes linajes de la antigua República de Polonia y Lituania (antiguamente unidos) que cae en una extraña enfermedad que merma sus sentidos y le deja abandona a su suerte sin fuerza alguna.

Animado por sus buenos amigos y, venciendo dificultades sin límite, acudió a Roma en humilde peregrinación a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo para pedir a Dios por su curación.

En la ciudad eterna fue prontamente recibido afectuosamente por el santo Padre Urbano VIII (1623-1644) quien le llevó a su capilla privada para que le pidiese su curación a la virgen milagrosa: “la Madonna de Guadalupe”.

La novela se desarrolla con gran trepidación y mantiene al lector desde el primer momento hasta el último, por lo que nosotros también dejaremos en suspense nuestra reseña para que el lector no pierda interés por ella. Verdaderamente, se puede afirmar que La Virgen nunca ha abandonado al pueblo polaco en su larga historia.

José Carlos Martín de la Hoz

Reseña publicada en El club del lector