¿Qué sentido tienen el ayuno y la abstinencia?

Cambiar el mundo, Cuaresma

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Por Dani Mora
@_dmora9

La Iglesia Católica, año tras año, nos impone el deber de hacer abstinencia y ayuno en el tiempo de la Cuaresma pero, además de ser un sacrificio, realmente ¿qué nos aportan en nuestra relación con Cristo? ¿Qué sentido tienen?

Pues bien, el deber de un cristiano es seguir siempre las indicaciones de Nuestra Madre, la Santa Iglesia Católica, aunque no las entendamos. Pero evidentemente, si las comprendemos (que siempre tienen una explicación), encontraremos un sentido profundo en aquello que estamos haciendo y por tanto, nos reportará un beneficio espiritual mayor.

El ayuno y la abstinencia desarrollan fuertemente la virtud cardinal de la templanza. Privarse de algo que es objetivamente bueno, como la comida o la propia carne, mantendrá a raya nuestros deseos. Será un combate contra nuestro propio instinto natural, en el que mandaremos un claro mensaje a nuestros apetitos: el cuerpo está subordinado al alma.

Es una lucha contra el hedonismo, contra el yo; es un abrazo al sacrificio y a la abnegación. Esta renuncia nos ayudará personalmente en momentos difíciles de la vida en los que tengamos que hacer algo que no nos guste, o que no nos pida el cuerpo.

Por último, se trata de una purificación de nuestra propia alma y la de toda la Iglesia. Con nuestro ayuno, gracias a la comunión de los santos, ayudamos a toda la Iglesia peregrina en su camino hacia la Vida Eterna. ¿Quién sabe si Dios se servirá de nuestro ayuno para enviar una gracia especial a ese amigo que tanto lo necesita, o a ese familiar alejado de la fe? Somos corredentores del mundo, nuestra misión consiste en cooperar con la salvación de las máximas almas posibles. La Santa Cuaresma, a través del ayuno y la abstinencia, nos ayudará. ¡VERSO L´ALTO!