Es la tercera vez que vengo a Calcuta y por fin he encontrado tiempo para escribir unas líneas.
Después de 5 días aquí he caído enfermo. Es muy típico, todos caemos tarde o temprano. Esta es una ciudad hostil donde hasta la comida juega en tu contra. Perdonadme por lo que viene a continuación pero hablar de porquerías y excrementos en Calcuta está a la orden del día. No solo porque todos acabamos mal de la tripa, sino porque está ciudad es literalmente una mierda. En Calcuta se pasa mal, parece que todo te ataca. Y me preguntaréis ¿Por qué vuelves?
En esta ciudad hostil y caótica se encuentra la paz, la alegría y lo que es más importante, te encuentras con Jesús. Jesús está en cada esquina, a cada paso que das. En España también pero sencillamente aquí es más fácil verlo. Incluso cuando estás en el escusado enfermo y deseando no haber comido eso que comiste ayer… Allí está Jesús. Es tan fácil verlo que hasta los que no creen en Él lo pueden ver.
Hace un par de días hablaba con un voluntario ateo que vino a la India para viajar, no para hacer voluntariado, pero aquí está y me dijo que «nunca había sentido algo igual. Aún no sabe si llamarlo Dios pero que está seguro que hay algo«.
Yo por mi parte creo que ya he contestado a la pregunta de porqué vuelvo una y otra vez. Aquí andas de la mano de Jesús cada momento del día. No porque Él te abandone cuando vuelves a España, sino porque tú no le abandonas mientras estás aquí.
Israel Domingo