¿Cómo empezó todo? Ruli Pozzi desde Argentina.

Experiencias, Testimonios

Empecé a asistir al grupo de Adoración Eucarística cuando un amigo me invitó y me comentó cómo se había formado, luego empezamos a ir seguido; no faltábamos casi nunca. Ahí me di cuenta lo esencial y lo fuerte que era la presencia de Jesús en la Eucaristía… Esperábamos ansiosos la fecha para poder ir a la Adoración Eucarística, por lo general lo hacíamos el segundo sábado del mes…

Era un espacio muy sagrado y de necesidad, estar en ese mano a mano con Jesús, un momento en el cual trataba de sacar de mi mente todo lo que pasaba y centrarme en charlar con el Señor, a veces sin darme cuenta me despistaba y estaba volando, otras veces me concentraba mucho y traía muchos recuerdos a mi memoria, otras estaba preocupado pidiendo por personas que realmente necesitaban del Señor, pero estaba tan cerrado mi corazón que no me daba cuenta de que pedía demasiado, pero no le preguntaba al Señor: ¿qué es lo que quieres de mí, Señor?

Luego con el correr del tiempo empezamos a formar parte del equipo que organizaba y coordinaba los encuentros, y a tomar distintas responsabilidades.

Cambió todo porque ya no éramos espectadores o invitados, sino que debíamos asumir una responsabilidad mayor, y no era cualquier cosa; era un compromiso con Jesús. El tiempo ha ido pasando muy rápido y seguimos participando del grupo, que comenzó con la iniciativa de las hermanas Pías Discípulas del Divino Maestro, cuyo carisma es litúrgico, eucarístico y sacerdotal, y con la propuesta de abrir sus puertas a jóvenes a los que Jesús estaba llamando, jóvenes con necesidad de encontrar a Jesús de algún modo. El grupo adquirió identidad, se empezó a llamar Discípulos del Maestro, con eslogan propio: palabra, Eucaristía y vida. Los encuentros se cambiaron a los domingos y se propuso hacer Lectio Divina antes de pasar hacer la Adoración Eucarística, porque se veía la necesidad de entrar en una intimidad profunda y con la palabra mucho más «masticada», fue una propuesta genial y le dio otro rumbos a los encuentros… También se organizamos retiros, charlas, jornadas y demás propuestas como para cambiar e innovar con nuevos desafíos, siempre promoviendo a los jóvenes.

screen-shot-2016-10-26-at-12-37-25Pero siempre teniendo presente a la Eucaristía como centro y cimiento de donde surgió todo. Con el correr del tiempo seguimos caminando y participando como equipo, hermanos y amigos, muchas veces personalmente fui con pocas expectativas y pocos ánimos, pero el Señor siempre se encargó de transformar ese desánimo en alegría y en fortaleza para afrontar mi vida con otros motivos, otras preguntas y nuevos desafíos. Hoy en día, además de ser un espacio de oración y de intimidad, ya no trato de pedirle tanto a Jesús, sino más bien trato de pedirle que me muestre cuál es el verdadero camino a seguir, hacia dónde debemos apuntar… A veces pregunto demasiado, otras trato solo de contemplarlo, pero con la certeza de saber que está ahí, y que ahí lo puedo encontrar… La Eucaristía es el alimento más especial que tenemos, es un alimento de vida, de amor, de paz y de providencia. Muestra el sacrificio de Jesús que, por amor, nos ha dejado por y para siempre…

Ruli Pozzi (Cordoba, Argentina).