Escapulario del Carmen: ¿Qué es? ¿Para qué sirve?

Catequesis

Hoy, en nuestro apartado de catequesis, te queremos hablar del escapulario del Carmen, ese trocito de tela que, para los que lo lleven impuesto, la Virgen ha prometido que no se condenarán en el infierno. Sí, has oído bien, la Virgen ha prometido la salvación a todo aquel que haya acogido, con cariño y devoción, este símbolo que María entregó al fundador de las carmelitas -san Simón Stock- hace más de siete siglos.

Pero, ¿qué es realmente el escapulario, cómo se utiliza y qué beneficios ofrece?

El Escapulario del Carmen es un signo externo de devoción mariana, materializado en un trocito de tela confeccionado por monjas carmelitas, que se impone una sola vez en la vida mediante una pequeña ceremonia oficiada por cualquier sacerdote, y gracias al cual podemos obtener las certeza de salvación que la Virgen ha prometido. Una vez impuesto, se ha de llevar siempre encima, especialmente en el momento de la muerte, aunque la Iglesia también posibilita que en vez de llevar el trozo de tela original se sustituya por una medalla, con el Sagrado Corazón de Jesús en una cara y la Virgen en la otra.

De cumplir esto, la Virgen promete que el portador se salvará y, más aún, que Ella misma lo sacará del purgatorio lo antes posible, como mucho al sábado siguiente de su muerte.

Eso sí, el Escapulario no es un amuleto mágico, ni una garantía automática de salvación, ni una dispensa de vivir las exigencias de la vida cristiana sino que esta devoción exige más bien un compromiso cristiano auténtico: vivir de acuerdo con las enseñanzas del Evangelio, recibir los sacramentos y profesar una devoción especial a la Santísima Virgen que se expresa, al menos, con la recitación cotidiana de tres avemarías.

Si aún no lo tienes impuesto, no dejes de buscar la ocasión para hacerlo, o habla con algún sacerdote amigo, tu párroco… ¡es mucho lo que tienes que ganar! Si ya lo usas, no dejes de progresar en su devoción. Aprende a besarlo con más amor cuando venga la tentación, utilízalo como escudo contra la desesperanza y, sobre todo, como cuando te hablamos del uso de una pequeña cruz en tu bolsillo, haz que sea un recordatorio constante del cariño a Nuestra Madre.