¡Oye! ¿No te has enterado de lo que ha pasado?

Catequesis

Presta atención:

aaxhdzUn pecado que debe evitarse es la murmuración, la cual prevalece desde el pasado más remoto. En esto del murmurar encontramos personas que son más propensas que otras, porque al igual que hay cosas las cuales no podemos resistirnos (ej: dulce), “así hay personas tan podridas en sí y tan llenas de humor triste, melancólico que en ninguna materia de virtud ni alabanza ajena toman gusto, sino en sólo mofar y maldecir y tratar de males ajenos” (Guía de pecadores – Fray Luis de Granada).

Podemos encontrar, a veces, divertido murmurar, mofarnos de aquella persona que nos cae mal. Podemos creer que pasamos un buen rato haciendo esta acción, sin embargo es aberrante para los que queremos cambiar el mundo a través de la santidad.

Fray Luís de Granada en su libro: Guía de pecadores, señala que la murmuración conlleva tres males:

  • Está muy cerca del pecado mortal. Se pasa de los defectos comunes a los particulares, de los públicos a los secretos y de los pequeños a los grandes.
  • Es muy perjudicial y dañoso. Primero para la persona que murmura, después para aquellos que asientan lo que escuchan sin reproche y , por último, para la persona que le ha tocado “estar en la palestra”. Todo esto sin mencionar el profundo agravio que le ocasionamos a la persona que se encuentra en esa murmuración. Incluso, a veces, la murmuración pasa de ser una cosa insignificante a ser un grandísimo problema, parecido al juego del teléfono roto (al final se termina diciendo algo distinto a lo que era). Ya lo decía el sabio: de una centella se levanta, a veces, una grande llama.
  • Es aborrecible. Al fin y al cabo nosotros huimos de aquellos que están todo el día murmurando y mofándose de los demás, porque ¿qué fruto sacamos de esto? ¿Nos acerca más a Dios?

Por tanto, “haz, pues, ahora cuenta de que la vida del prójimo es para ti como un árbol vedado en que no has de tocar […] de esta manera excusarás infinitos pecados, y otros tantos escrúpulos y remordimientos de conciencia, y serás amable a Dios y a los hombres, y de la manera que honrares a todos, así de todos serás honrado