Las tardes de los lunes (GivenFaith)

Cambiar el mundo

Toda buena idea tiene un gran comienzo.

Supongo que el de arriba decide cuando es buen momento para plantar una nueva semilla en la mente de alguien, para que rompa en una lluvia de ideas y que ya cada uno le de vida de la forma más original y perfecta, con Su ayuda, para conseguir un fin, a los ojos inalcanzable.

Así supongo que empezó todo, en un principio fue una vaga idea, una iniciativa sin forma que luego se fue convirtiendo en un proyecto de vida, un sueño sin frenos, lleno de locura, de ilusión y de vida; un sueño joven y revolucionario que se está haciendo realidad.

Desde hace un mes, en la humilde y pequeña ciudad de Jaén comenzó un proyecto ambicioso que, por ahora, va dando sus frutos. Mediante la simple convocatoria de un grupo de jóvenes estudiantes, cada lunes se quiere cambiar el mundo, ¡Queremos cambiar el mundo!

Nuestro plan, que ya ha dado comienzo, es simplemente una reunión de amigos, que cada vez son más, y que mediante el diálogo de temas actuales, de moral, religión y de valores, logren aclarar ideas, formarse y así lograr el coraje y las herramientas necesarias para luchar como cristianos en el mundo real.

Sorprendidos tras la primera experiencia por el número inesperado de amigos y universitarios que acudieron, comenzamos a sentir como nuestra certeza se hacía implacable: con Dios todo lo podemos conseguir.

– ¿Pero cuántos os reunís?, ¿10?
-Pues no, ya somos más de 50.

Sin límites mantenemos la esperanza en este sueño, en esta locura, sucumbiendo al entusiasmo pero manteniendo la prudencia.

Lograremos entre todos aprender, respetar distintas ideas, aclarar las nuestras propias e informarnos y formarnos teniendo a Dios por mediador en el diálogo.

Además, mediante este nuevo proyecto queremos llegar a todos los universitarios con inquietudes y lograr que surjan nuevas amistades que, mediante la complicidad, la diversión y la vida universitaria tengan tiempo de reflexionar y logren alcanzar la combinación perfecta entre ser universitario y ser un buen cristiano.

Por eso , joven universitario, ¡no te conformes! Si al leer esto sientes curiosidad y cierta inquietud, si te gusta esta idea y te mueres de ganas de formar parte de este inmenso sueño, ¡Adelante!

Debemos ser conscientes, nosotros los universitarios, nosotros los jóvenes, de que tenemos en nuestras manos el PODER de cambiar el mundo. Por eso, “SOÑAD Y OS QUEDARÉIS CORTOS”

Nosotros ya hemos comenzado… Y tú, ¿Te apuntas?

Mamen de Loma-Ossorio Garcia