No podemos ni imaginar el dolor y el sufrimiento por el que está pasando la familia de Sandra, la niña de Sevilla que se ha quitado la vida por el insoportable acoso que vivía en el colegio.
Tenía 14 años, no había empezado a vivir la vida cuando se quebró, no pudo más, no encontró apoyo en quienes debía haber actuado y tomó la peor de las decisiones.
En este momento tan tremendo, que tiene que hacer reflexionar a los que tiene responsabilidad sobre menores, nosotros queremos acompañar en el dolor a su familia y rezamos por por ellos y por el alma de Sandra. Que Dios la tenga en su Gloria.
