Libros eróticos: ¿se pueden leer?

Amor, Castidad, Sexualidad

Sin Autor

Me encanta leer y, como dato random, hace un par de años alcancé mi récord de 118 libros leídos en un año. Por esto, un defecto con el que luchaba mucho es el FOMO que me daba por no leer un título que estaba en las manos de todo el mundo.

Incluso si me daba cuenta de que la trama era un eufemismo para describir lo que en realidad eran novelas eróticas. Con un poco de reflexión – y a tiempo, antes de caer en esta trampa cultural – me di cuenta de que no todo vale la pena leer. Hoy quiero compartirte algunos puntos de esta reflexión que hice en su momento, porque podrían ayudarte.

¿Las novelas eróticas son menos dañinas que la pornografía?

Aunque es más común hablar de adicción a la pornografía y, por lo tanto, entender (un poco más) los efectos nocivos de esta… poco se habla de los efectos de la lectura erótica. Es preciso aclarar de entrada que son los mismos, básicamente.

Lo que leemos, como todo lo que hacemos, nos moldea. Esto es especialmente cierto en nuestra conciencia y en nuestra imaginación.

Las historias que elegimos leer tienen un poder enorme sobre nuestros pensamientos y sobre cómo funciona nuestra imaginación. Piensa en tu mente como el agua: si la encierras y la concentras, puede elevarse a cosas grandes; pero si la dejas suelta, se dispersa en cosas sin importancia o incluso dañinas.

Dime en qué piensas y te diré dónde está tu corazón

Si nos exponemos constantemente a descripciones eróticas, podemos caer en fantasías desordenadas. Nuestra mente empieza a llenarse de imágenes y situaciones que solo buscan la excitación sexual.

¿Sabías que el Papa Pío XII ya nos advirtió sobre los peligros de las novelas eróticas? Parafraseando lo que decía sobre lecturas románticas habituales, puede hacer que nuestros sentimientos, nuestro corazón y nuestra imaginación se metan en una vida de fantasía que nos aleja de la realidad. Esto es cierto en un nivel aún más peligroso cuando hablamos de lo erótico.

Aquí entra en juego la castidad. No es que no podamos sentir nada, sino que la castidad nos ayuda a vivir nuestra sexualidad de una manera sana y ordenada, a tener control sobre nosotros mismos y a ser verdaderamente libres.

Una desfiguración del amor y la entrega

Las novelas eróticas, al presentar fantasías o idealizaciones poco realistas, pueden crear expectativas distorsionadas sobre la intimidad y las relaciones. El mismo resultado se obtiene consumiendo pornografía.

Todo esto puede llevar a la insatisfacción en la vida real y a desviar el orden de nuestros afectos. Aunque tu intención y las circunstancias pueden influir, si el contenido de la novela en sí mismo reduce a las personas a objetos o pervierte la sexualidad, entonces, es algo que debemos evitar.

¿Cómo discernir y elegir qué leer?

Para saber si leer novelas eróticas es moralmente bueno, la Iglesia nos enseña que debemos fijarnos en tres cosas: lo que elegimos leer (el contenido), por qué lo leemos (nuestra intención) y en qué circunstancias lo hacemos.

Tu intención al leer: una buena intención no hace que algo malo sea bueno, por ejemplo, si lees una novela erótica para entender la cultura, eso no la hace buena porque el contenido en sí mismo es pecaminoso.

El contenido de la lectura: hay cosas que, por su naturaleza, son siempre malas, sin importar la intención o las circunstancias. Una novela erótica, te decía, es similar a la pornografía en cómo objetiva a las personas y pervierte la sexualidad… Entonces leerla sería intrínsecamente malo.

Las circunstancias (tu situación personal): las circunstancias pueden hacer que un acto sea más o menos bueno o malo, pero nunca pueden convertir algo intrínsecamente malo en algo bueno. Factores como tu edad, tu madurez, si tienes heridas personales o si eres propenso a adicciones, pueden hacer que leer este tipo de literatura sea aún más dañino para ti.

Cuando pienses en leer una novela erótica, pregúntate:

  • ¿Esta lectura me eleva o me degrada?
  • ¿Fomenta el respeto por la dignidad humana o convierte a las personas en objetos?
  • ¿Me ayuda a crecer en la virtud o me lleva al vicio?
  • ¿Me genera pensamientos impuros o me ayuda a ser más casto?
  • ¿Me pierdo de algo?

Al comienzo te hablé del FOMO que me daba no haber leído algunos libros “best sellers”, de los que todos estaban hablando. Sin embargo, puedo decirte que, en el caso de las novelas eróticas, difícilmente te pierdas de algo.

El objetivo de este género no es desarrollar una trama atractiva, original, que permanezca en el tiempo, etc., sino la descripción erótica y lo que esta despierta.

Además, quiero presentarte esta realidad en tono más positivo: ¡hay demasiados libros excelentes en el mundo! De esos que te dejan, al final, estrujándolos contra el pecho y suspirando por haber leído algo tan hermoso. De esos que luego se convierten en temas de conversación, en recomendaciones, en parte de las historias que contamos. De los que ejemplifican virtudes, desarrollan nuestro criterio y, sí, me animo a decir que nos hacen ser mejores.

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Para finalizar, puedo decirte que, independientemente a cuánto leas, no agotarás la infinita lista de materiales maravillosos. Te lo digo por experiencia: incluso cuando leía 70 o 100 libros al año, mi lista “por leer” superaba a la de “leídos”. Al final, en nuestra búsqueda de la verdadera felicidad, estamos llamados a usar nuestra libertad para elegir lo bueno, lo verdadero y lo bello, que encontramos plenamente en Dios.

Publicado en Ama Fuerte