En la audiencia general del primer miércoles de junio, el Papa León XIV, en el marco de su catequesis sobre «Jesucristo nuestra esperanza» y la parábola de los obreros de la viña, dedicó una especial exhortación a los jóvenes. Su mensaje se centró en la importancia de responder con prontitud y entusiasmo a la llamada divina, sin postergar la búsqueda del sentido de la vida.
El Pontífice, tras reflexionar sobre la sensación de inutilidad y desorientación que a menudo experimentan las personas, instó a los jóvenes a no caer en la pasividad. Utilizando la metáfora de los obreros que esperan en la plaza del mercado, el Papa les recordó que Dios «sale personalmente a buscar a sus obreros», estableciendo una relación personal con cada uno. En este contexto, subrayó que «siempre existe la posibilidad de encontrar un sentido, porque Dios ama nuestra vida».
La esencia de su mensaje a la juventud fue una clara invitación a la acción y la confianza. «Quisiera decir, especialmente a los jóvenes, que no esperen, sino que respondan con entusiasmo al Señor que nos llama a trabajar en su viña», enfatizó. El Papa León XIV disuadió explícitamente la dilación, animando a los jóvenes a «arremangarse» y a comprometerse activamente en la viña del Señor, con la promesa de que «el Señor es generoso y no te decepcionará».
Finalmente, el Santo Padre vinculó esta respuesta pronta a la satisfacción de una búsqueda existencial profunda. Aseguró a los jóvenes que, al trabajar en la viña del Señor, encontrarán la respuesta a la pregunta fundamental que llevan dentro: «¿qué sentido tiene mi vida?». Esta llamada es, en definitiva, un mensaje de esperanza activa y confianza en la providencia divina, invitando a los jóvenes a ser protagonistas de su propio camino de fe y propósito.
Fuente: Vatican News