El amor, la intimidad y la conexión con un ser humano real siempre será infinitamente más gratificante que un mundo de fantasía sin fin de sexo extremo que se encuentra en línea.
¿Alguna vez has pensado cómo, de alguna manera, la pornografía es totalmente lo opuesto del amor y la intimidad real? Muchas personas persiguen una versión del amor que ven en las películas o en la televisión o que leen en los libros. Es fácil idealizar una versión de algo que se representa como “ideal”, ¿no es cierto? ¿Pero qué pasa si esa representación de lo “ideal” en verdad está completada alejada de la realidad?
Para muchos consumidores, mirar pornografía es otra versión de esa búsqueda de aquello “ideal”, de una conexión, de sentirse vivo; quieren perseguir una euforia que encuentran en la pornografía. El hecho es que, lo que suele ofrecer es una imagen exagerada y retorcida de un vínculo amoroso. Si bien se puede sentir gratificante en el momento, la pornografía ni se acerca a lo que es el amor verdadero de una relación.
Eso no quiere decir que la realidad y el amor verdadero sean “fáciles” o siempre perfectos, pero los altibajos de la vida tienen mucho más para ofrecer que cualquier contenido pornográfico de fácil acceso o en alta definición. La pornografía le da a
quienes la consumen un escape temporario, pero no hará que se conviertan en mejores amigos, parejas o familiares.
La pornografía le hará creer a sus consumidores que muestra la mejor versión posible del sexo y las relaciones. Por lo que muestra, no vale la pena el esfuerzo que conlleva la dura tarea de conocer a alguien, relacionarse y construir una relación.
Si lo que se muestra en la mayoría del contenido pornográfico más popular es verdad, todo lo que necesitas es sexo constante y sin filtro para lograr un estilo de vida gratificante y saludable, y una pareja no objetora con la que hacer todas estas cosas. Alguien que consuma pornografía puede pensar: “si tan solo tuviera una pareja como esa”. Mirar porno puede sentirse bien por un tiempo, pero queremos decirte que el amor real y comprometido es mucho más auténtico que cualquier cosa que pueda mostrarte la pornografía. Aquí van algunas razones.
1. El amor hace que las buenas cosas de la vida sean mejores
Las mejores cosas de la vida son aún más increíbles cuando se comparten con una pareja o un amigo que las experimenta a tu lado. Piensa cómo la pornografía deja de lado la mejor parte del amor y las relaciones. El amor y la conexión con otra persona se extienden más allá del acto sexual constante. La pornografía elimina el antes y el después del sexo, pasando por encima del increíble y maravillosamente complicado proceso de conocer a alguien y enamorarse. Se salta el estrecho vínculo que puede surgir de una relación comprometida.
En la pornografía, no se muestra lo que significa el tomarse de las manos, las citas, la fase de conocerse o la superación de obstáculos en la relación. Es muy falsa e hipócrita, deja fuera todo lo que es real del sexo y el conectar verdaderamente con alguien. A menudo, si alguien consume suficiente porno y ve el sexo y las interacciones poco realistas que allí se muestran como un «estándar de oro», puede tener expectativas deformadas de todo lo que ocurre en las relaciones y creer que las personas reales no valen la pena. No importa quien seas, mereces algo mejor que te comparen con una fantasía falsa.
2. El amor vale más que cualquier cosa que pueda ofrecer la pornografía
La pornografía no puede amarte. Te dejará tal como te encontró: con un sentimiento de ansiedad, soledad, aburrimiento y estrés. La pornografía no puede luchar por ti, no puede cuidarte y no te hará apreciar las pequeñas cosas de la vida. En cambio, el amor ofrece compañía, amistad y un vínculo estrecho que ningún contenido porno puede replicar.
Es un hecho biológico: los humanos están programados para sentir amor y vincularse con otra persona tridimensional que pueda vivir la vida a su lado. El amor puede volverte más generoso y a dar de forma desinteresada, asegurándote de que tu pareja se sienta amada y cuidada.
La pornografía exprime la idea de que el placer y el disfrute son la prioridad, sin importar el sufrimiento, dolor o abuso de otros. Si bien todos merecen sentir placer sexual, esto no es más importante que el consentimiento, el respeto, la igualdad y la reciprocidad en una relación.
Los actores que ves en el contenido pornográfico nunca te tomarán de la mano ni envejecerán contigo, pero el amor puede durar más allá de las adversidades y períodos de la vida, y luchar junto a ti hasta el final. Luchar por amor significa luchar por las cosas de la vida que son sanas y valen la pena, y hacer frente a las ideas tóxicas de la pornografía.
3. El amor te desafía a ser una mejor persona y más saludable
Al igual que ocurre con otras drogas o conductas adictivas, las personas suelen recurrir al porno cuando experimentan emociones negativas a las que no quieren hacer frente. La cuestión es que mirar pornografía como una forma de escapa de la realidad no funciona. Lo que parece ser una simple distracción de la ansiedad o la depresión posiblemente empeore estos problemas en el largo plazo. La vida está llena de sorpresas, y algunas de ellas pueden ser difíciles de afrontar, pero la pornografía jamás será la respuesta para superarlas o para tener una vida más saludable.
En el mundo de la pornografía, a los consumidores no se les plantea que piensen en el consentimiento o si la persona que están viendo en la pantalla realmente quiere estar ahí. El porno no quiere que veas más allá de tu persona ni que pongas a los otros primero. ¿Cómo inspira la generosidad, la bondad y la compasión vivir en ese estado de ánimo durante años viendo porno?
La verdad es que el amor real y sano inspira a las personas a seguir buscando la mejor versión posible de sí mismas, que piensa en los demás y se preocupa por la felicidad de los otros. Cuando las personas están motivadas por el amor, sus relaciones y amistades prosperan. El amor unifica a las personas, ayuda a nuestra sociedad y hace que la vida sea mucho mejor y más vibrante.
El amor motiva a las personas a tomar decisiones más sanas, mientras que la pornografía solo las obstaculiza. Elige la realidad y el amor, no el porno, y estarás eligiendo una mentalidad más sana, incluso cuando sea difícil.
4. El amor anima a la gente a ver a los otros como algo más que un conjunto de partes del cuerpo
La pornografía reduce a las personas reales con historias y anécdotas a un conjunto de partes para ser usadas, a veces abusadas, y luego descartadas. Al ver una imagen pornográfica, los consumidores rara vez tienen en cuenta la vida de los actores fuera del rodaje. Hacerlo sería “arruinar la fantasía” de que estos actores existen solo para el placer de la visión y por ninguna otra razón. No comen, no tienen el corazón roto, no han sufrido abusos, no necesitan dinero desesperadamente, no tienen familia. No son víctimas de la trata, ni intentan escapar de la pobreza o superar abusos pasados trabajando en la industria del porno.
El consumo de pornografía conmueve la cosificación de hombres y mujeres, dejando de lado verdadero valor y potencial más allá de lo que la industria retrata. Ellos tienen más para ofrecer de lo que se les pide o lo que se muestra. Luchar por amor es luchar por la humanización de los que están a nuestro alrededor y de quienes están detrás de la pantalla.
5. El amor es mejor porque es real
Vivir en un mundo de fantasía de sexualidad explícita no te enseña cómo enfrentar la realidad. Sabemos que esta es la razón por la que la gente consume pornografía, pero tenemos un punto. El porno no exige nada a los consumidores, salvo su tiempo. El porno duro y extremo no reta a los consumidores a ser mejores personas, más compasivas, y de hecho puede
tener exactamente el efecto contrario. Peor aún, la industria de la pornografía desprecia a sus consumidores, su salud y el éxito de sus relaciones. No te conformes con nada que no sea real y lucha por tu amor.
El significado detrás de esto
No creemos que nadie que vea porno sea una persona terrible, pero sí creemos que las personas que consumen porno se están privando de lo que la vida y el amor pueden ofrecer. No luchamos por el amor solo porque la pornografía sea tan dañina (aunque realmente lo sea).
La verdad es que luchamos por el amor porque es mucho mejor que cualquier cosa que alguien pueda ver en una pantalla. Luchamos por el amor porque legítimamente merece la pena luchar por él. Nosotros, como generación, defenderemos el amor y exigiremos más de lo que ofrece el porno. Cada uno de nosotros merece algo mejor. ¿Estás de acuerdo?
Publicado en Ama Fuerte