“La Parresia, el valor de la franqueza”

Cuaresma

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¿Dónde está el sentido de nuestros días? El calendario marca presagioso, una nueva Cuaresma, distinta y siempre nueva, se sucederán los días en un tiempo de gracia, para caminar junto a Jesús crucificado, y llevar a los pies de la Cruz, la verdadera historia de nuestra salvación, allí mismo en el monte de los enamorados, donde nace el primer amor, en el desierto de las inseguridades, en el paso de la muerte a la vida.

Vivimos en un mundo que pretende caminar sólo, abandonando y excluyendo, aceptando el pecado como válido en la sinrazón del tiempo, donde la vida se ha contaminado con la indiferencia, quizás sería bueno ante este punto preguntarse ¿qué me conmueve en la vida?, ¿hay franqueza en lo que creo? o dejo simplemente caminar a la añoranza y la esclavitud.

La Cuaresma no puede ser un tiempo de románticos, sino el tiempo del coraje para una conversión, dando a conocer la prudencia que habita en el evangelio. Muchas veces buscamos el compromiso, la vía de la diplomacia, incapaces somos de renunciar a la comodidad.

El signo de contradicción de nuestros días es proclamar la verdad, ese es el símbolo y la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, la parresia, la franqueza cristiana de anunciar la verdad.

No hay Cuaresma sin Pascua, de la tierra prometida, de la libertad que viene del Señor, de los días de desierto, que culminarán en la gozosa alegría de la resurrección.

¿Señor, a que debo renunciar? Conviérteme para que me convierta, que el consuelo, la compasión y la verdad habiten en el corazón de cada persona, desde la oración, el ayuno y la limosna.

Alberto Diago Santos