Navidad de los sentidos

Adviento, Cambiar el mundo

Enrique Bonet

Dentro de unas semanas estaremos celebrando el 25 de diciembre, la Natividad del Salvador: el centro de la historia, el punto alrededor del que giran todos los acontecimientos de la humanidad.

Un momento sublime, lo sabemos… pero cuántas veces al terminar la Navidad y hacer memoria… lo único que viene a la cabeza es el cotillón, quizás la conversación (o la discusión) que tuvimos con la cuñada en la cena familiar, lo vacía que quedó mi cuenta después de las fiestas, la desilusión al abrir los regalos y también, por supuesto, esos momentos buenos: una excursión familiar al monte o a esquiar, un momento de paz con mi marido, un -por fin- mirarse a los ojos y sonreírse… pero Navidad… lo que es Navidad… pasó -una vez más-, sin pena ni gloria. La Misa del Gallo y poco más; y en la Misa, pensando en la cena y el regalo de la suegra… que todavía estaba en el aire…

Los humanos somos así. Capaces de convertir lo sublime en algo vulgar. Y si lo sublime se repite, entonces es “carne de rutina”… y de esta manera muere tantas veces en nuestras vidas la auténtica Navidad. Hay gente -a veces yo- que vive Navidades muertas.

¿Por qué nos sucede esto en ocasiones? O mejor, ¿qué hacer para que no sea así? ¿qué hacer para que la Navidad sea luminosa como el nacimiento de un hijo, de un hermano, de mi Dios?

Los italianos dicen que esperar es el infinitivo de amar. Si esperamos “con fuerza”, cultivamos la espera, y entonces el acontecimiento es una explosión inolvidable. Si queremos que eso sea la Navidad conviene cultivar la espera.

Nueve meses se espera al hijo que ha de venir. Nueve meses en los que se piensa en él, se le prepara la cuna, la ropa, el equipo de biberones… y entonces, cuando llega el bebé estalla la emoción cultivada durante la espera.

Nueve meses… (o más) espera la novia la boda. Y prepara cada detalle: la música, las flores, la ceremonia, el convite, las mesas las invitaciones, ¡el vestido!… y cuando entra por la puerta de la iglesia, un torrente de emoción recorre su cuerpo. La emoción represada durante largo tiempo que encuentra el momento de su cauce y fluye…

Así puede ser nuestra Navidad si la cultivamos antes (en Adviento) y durante.

Sabemos “cultivar” vegetales… pero, ¿cómo se cultiva la Navidad? ¡Que alguien me lo explique!

Cognitio intellectus nostri tota derivatur a sensu. Nuestro conocimiento deriva de los sentidos, dice el Aquinate, siguiendo a Aristóteles… y aunque parezca mentira es algo que nos puede ayudar a vivir mejor la Navidad.

Hay que cultivarla… o sea, alimentarla. Dejar que entre en nuestra cabeza y en nuestro corazón a través de los sentidos. Leyendo, escuchando, viendo Navidad.

¿Cuánto tiempo nos hemos pasado últimamente viendo regalos en Amazon… y cuánto tiempo hemos pasado leyendo algo relacionado con la Navidad o viendo algo que la evoque…? Esto explica por qué nos viene con mayor frecuencia a la cabeza la sonrisa del logotipo que la del Niño…

Ver Navidad, oír Navidad, leer Navidad, tocar Navidad, besar Navidad, abrazar Navidad…

Estamos en el tiempo de Adviento y la Iglesia te anima a esperar; a desear que pase algo.

¿Qué? ¡No sé!; ¿Cuándo? ¡No sé!

Las cosas espirituales no son programables. Sí, la Navidad oficialmente será el 25… pero Dios vendrá cuando quiera, cuando le deje yo…

No se puede programar un enamoramiento… o la adquisición de una virtud o la erradicación de un defecto… pero sí podemos propiciar, facilitar que algo suceda.

Ver, oír, leer, tocar, besar Navidad. Así se la cultiva –se alimenta- en nuestro corazón y en nuestra cabeza… y ¡qué mejor alimento que éste! Si nos preocupamos de meternos la Navidad dentro, entonces la viviremos mejor.

¡Feliz Adviento y feliz Navidad!


Alimentos para el alma en Navidad

Libros:

– Cap 1-2 del evangelio de San Lucas. Cap 1-2 del evangelio de San Mateo.

– “El Belén que puso Dios”, Enrique Monasterio

– “La infancia de Jesús”, Benedicto XVI

– «La alegría de Belén», Scott Hahn

Peliculas:

– “María madre de Jesús”, 1999.

– “Natividad: la historia”, 2006.

– «Se armó el Belén», 2017 (Dibujos animados).

– «The Shepherd – A story of the first Christmas», 2019 (Cortometraje).

Canciones:

– “Mary did you know?”, Pentatonix.

– «Make room», Casting Crowns.

– Playlists de Villancicos en Spotify. Cualquier Villancico aporta alguna idea sobre la Navidad.

Imágenes:

– Mirar mucho al Niño Jesús en la cuna.