Todos conocemos al juez de menores Emilio Calatayud por ser el abanderado de la causa sobre educación de los jóvenes haciendo patente los errores que hoy se comenten y sus consecuencias.
En una reciente entrada en su blog, nos vuelve a hacer reflexionar y a poner los pies en el suelo:
«Buenas, soy Emilio Calatayud. Aquí está el aguafiestas del juez con el sermón de todos los años: seamos comedidos con los convites, banquetes y regalos de las comuniones, que se nos está yendo la pinza. Al paso que vamos, los bancos van a tener que conceder microcréditos para que podamos estar a la altura de los obsequios y comilonas que se organizan actualmente para festejar las primeras comuniones. Lo que antaño era un chocolate con churros y un relojito hoy es un almuerzo ‘master chef’, un viaje a Eurodisney y el móvil de última generación. Y eso, como mínimo. Estamos poniendo el listón demasiado alto. Dejemos algo para cuando se casen.
A mí, de momento, no me han invitado a ninguna comunión. Pues eso que me ahorro»
Es una pena que estemos rezando para que no nos inviten por el gasto que nos supone. Vamos a poner un poco de cordura y sentido común. Vamos a centrarnos en lo verdaderamente importante: El niño recibe por primera vez en su vida el sacramento de la Eucaristía, es decir, a Jesús vivo.
Para leerlo en su blog, aquí: http://www.granadablogs.com/juezcalatayud/2017/05/mesura-con-los-convites-de-las-comuniones-que-se-nos-esta-yendo-la-pinza/