Una vocación es un gran don para la Iglesia y para el Mundo

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El diario Alto Aragón recoge las declaraciones de la hermana María Jesús de la Eucaristía, Superiora de las Carmelitas Descalzas de Huesca que expresó su alegría ante la incorporación de Teresa Cordero Davila. «Para nosotras, como carmelitas descalzas, una nueva vocación es una acción de gracias al Señor, porque al fin y al cabo es un beneficio grande para la Iglesia y para el mundo. Como lo vivimos desde esa perspectiva, para nosotras supone un don grande que el Señor nos hace, el que haya almas que quieran sacrificarse por las almas del mundo en la oscuridad, sin ser notadas, pero que su acción benéfica se extienda por todas partes, como la raíz de un árbol, que no aparece, pero sin ella el árbol no se profundiza«.

La joven forma parte de una familia que fue misionera en Japón durante más de dos décadas y es la quinta de diez hermanos. En su incorporación estuvo arropada por sus allegados y cincuenta y cinco peregrinos japoneses llegados expresamente para este acto. «La familia valora mucho esta vocación, tanto la madre como los hermanos. Por encima de todo ellos quieren que sea fiel, no quieren poner el más mínimo obstáculo para que ella siga su camino«, señaló la superiora, que valoró el «espíritu de fe» con el que todos viven la consagración de su hermana.

Próximamente la congregación volverá a crecer con la incorporación de una hermana de origen japonés que se trasladará al convento oscense.