El mundo del fútbol estos días esta, como todos los veranos, loco. Jugadores que van de un lado para otro traspasados por cantidades inimaginables de dinero. Clubs de fútbol que sólo piensan tener en sus filas a su Messi o Ronaldo. Representantes, presidentes, pretemporadas que se inician y, junto a todo ello, unos locos que cuelgan las botas, no por dinero, sino por Amor.
Por el Amor de los amores: ser sacerdote para llevar a Cristo-Eucaristía; Cristo-perdón a muchas almas.
Muchos medios de comunicación se han hecho eco de la Ordenación sacerdotal de Phil Mulryne, jugador del Manchester que hoy es sacerdote. Sin embargo, en este portal, hemos ido informando de otros muchos casos, Chase Hilgenbrinck o de Marcos Torres, que como Phil han abandonado los campos de juego.
Phil Mulryde ha dejado de ganar 600.000 libras al año, una novia modelo que participaba en un ‘reality’ televisivo, de ser internacional absoluto con Irlanda del Norte, de salidas nocturnas y problemas de disciplina. A sentir la llamada de Dios, comenzar sus estudios en Roma y ordenadarse sacerdote por la Orden Dominica en Dublín.
Hoy Phil juega otro gran partido y también hay mucha gente viéndole: enfermos, moribundos, buscadores del perdón, necesitados de sus palabras…y no son 1000 ó 10.000 sino millares de almas dispuestas a gritar su nombre como en Old Trafford.
