Dolor agradecido del Colegio El Recuerdo a Belen y José

Noticias

Nuestra Comunidad Educativa está viviendo uno de esos momentos que marcan un antes y un después. El fallecimiento trágico de dos excelentes alumnos en unas circunstancias en las que, además, estaban rodeados de un buen grupo de compañeros que celebraban el final de los exámenes y se preparaban, con ilusión, para celebrar su graduación, ha sacudido los cimientos de este colegio.

No podemos describir el dolor y el desgarro que todos nosotros experimentamos. No encontraríamos palabras. Sí podemos decir que compartimos nuestro recuerdo, nuestro agradecimiento y nuestro profundo pesar desde la fe.

Estos días, nuestra capilla se ha convertido en un pequeño santuario en el que los alumnos, personal, familias y amigos damos cauce a la oración, unas veces silenciosa y otras compartida, en ocasiones organizada y la mayoría de las veces espontánea. Una súplica que sólo necesita gestos, silencios o símbolos… Y así compartida, la fe se hace más profunda. Se reaviva la esperanza y se aquilata el amor.

Estos días lloramos, sentimos impotencia y estamos confusos pero derrochamos cariño, nos centramos en lo esencial, nos acompañamos unos a otros, nos mantenemos unidos, crecemos en identidad ignaciana y jesuita. La resurrección de Jesús ha dado la última palabra a la vida.

Con estas líneas también queremos agradecer de corazón las muchas muestras de cercanía y empatía que recibimos de todo tipo de personas, entidades, colegios, congregaciones y organizaciones con las que colaboramos a lo largo del curso y de otras personas que ni siquiera conocemos. Nos impresiona el alcance de esta cadena de solidaridad y de oración.

La vida escolar sigue adelante, aunque nos cuesta recuperar la normalidad. Estamos dando la ayuda que podemos como educadores y recibiendo asistencia por parte de psicólogos de la Universidad Comillas para ir encajando la tragedia. Pedimos a Dios que nos bendiga y acompañe, especialmente a las familias que han sufrido esta gran pérdida.

“Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy Yo, estéis también vosotros. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.

(Jn 14, 1-2.6)

Fuente: http://www.recuerdo.net/63576/dolor-agradecido-en-la-comunidad-educativa/