En la homilía de la Misa, celebrada en la Basílica de San Pedro, que ha inaugurado la Asamblea General de Cáritas Internacional, el Papa ha pedido que se antepongan las personas al eficientismo. «Aquí está la tentación de la eficiencia, de pensar que la Iglesia está bien si tiene todo bajo control, si vive sin sobresaltos y con la agenda siempre en orden».
«La fe no es una hoja de ruta» sino un camino para viajar juntos con un espíritu de confianza. Ha destacado el valor de la renuncia, «necesitamos redescubrir la belleza de la renuncia».
La Iglesia está llamada a evangelizar, pero no puede ser de forma superficial, sino que tiene que haber una verdadera conversión del corazón que inste a salir de uno mismo.
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