Las secuelas del porno

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Lana Rhoades  anhelaba vivir el estilo de vida de una glamurosa conejita de Playboy. Pero después de entrar en la industria del porno, las escenas “humillantes” que filmó con apenas 20 años la hicieron sufrir ataques de pánico y le ha dejado secuelas psicológicas, con depresión y pensamientos suicidas, según publica el As.

Confiesa que nunca la obligaron, pero que hoy no volvería ni por todo el dinero del mundo.

“He tenido compañeros a los que se les ha resistido tanto que se han desmayado durante una escena. Hay cosas muy locas que dañan el cuerpo de las personas para el resto de sus vidas”, zanja la actriz sobre el lado más oscuro del porno, aunque hace años que decidió recuperar las riendas de su vida profesional.

Fuente: As