Hoy nos hemos despertado con la triste noticia de la muerte de la gran soprano Montserrat Caballé. A los 85 años nos ha dejado una de nuestras voces más internacionales del panorama musical, una de las más grandes sopranos de la historia.
Era persona de una profunda fe gracias a la formación que recibió de sus padres. «He tenido la suerte de tener una fe muy grande porque mis padres la tenían y así me la transmitieron«, explica. Pero esta fe también está anclada en su propia experiencia personal.
A través de la música también vivía profundamente su piedad. «Cuando cantas algunas obras es como si estuvieses sobre una nube. ¡La fe te da tanta fuerza!». El arte y la belleza los vivía como un camino privilegiado para ir al lado de Dios. «A Dios lo has de llevar dentro y lo has de sentir. Has de ser fiel, ponerte al servicio de la Belleza y sentir la Trascendencia a la que te lleva.
Tenía un gran corazón y de una espléndida generosidad. Creó, junto a su marido, una fundación para ayudar a niños necesitados. «No hemos venido a este mundo sólo a distraer a la gente sino también a hacer algo positivo por los demás», había comentado en una ocasión.
Le dolía cuando se atacaba o ridiculizaba, de alguna manera, a las personas con fe y no se callaba, lo decía abiertamente. «Han de entender que los creyentes llevamos la fe en nuestro interior y que no tienen ningún derecho a ridiculizarla, como hacen muchas veces», comentó en una ocasión.
Hoy hay una fiesta en el cielo, estarán gozando de su voz, y ella gozando del rostro del Señor y de Nuestra Madre a la que tenía gran devoción.
Desde aquí elevamos una oración por su alma. D.E.P
