La comunidad católica de Valladolid se encuentra conmocionada tras el grave acto de profanación ocurrido el pasado domingo, 28 de diciembre, en la parroquia de Santa María del Monasterio de la Santa Espina. En un asalto que el párroco, Francisco Casas, describe como un objetivo deliberado hacia lo sagrado, unos desconocidos forzaron el Sagrario para sustraer exclusivamente el Santísimo Sacramento.
El robo tuvo lugar durante el horario de visitas turísticas, aprovechando un momento de descuido para emplear una palanca contra el tabernáculo. Según el sacerdote, la naturaleza del hurto descarta el móvil económico: «Fueron directamente a por la Eucaristía; el tema material no les importaba», ha señalado, sugiriendo que el destino de las hostias consagradas podría ser el uso en ritos esotéricos o sectas satánicas, una tendencia al alza que preocupa a las autoridades eclesiásticas.
Ante la gravedad de los hechos, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, presidirá una Misa de desagravio y reparación el próximo sábado, 3 de enero, a las 18:00 horas en la misma iglesia profanada. El acto concluirá con una hora de adoración eucarística, a la que se ha convocado a fieles de toda la provincia y especialmente a las secciones de la Adoración Nocturna Española, organización con la que el párroco colabora activamente.
La Archidiócesis ha emitido una nota oficial instando a los fieles a redoblar el cuidado de la reserva del Santísimo y a participar en actos de «comunión reparadora». Francisco Casas, visiblemente afectado, ha comparado el dolor de la comunidad con el pasaje bíblico de María Magdalena ante el sepulcro vacío: «Se han llevado a mi Señor». Pese a la tristeza, el párroco hace un llamamiento a convertir esta ofensa en una oportunidad para profundizar en la fe y «compensar con amor al Amor no amado».
Fuente: Religión en libertad







