El Papa León XIV se embarca este jueves, 27 de noviembre, en su primer y más delicado viaje apostólico: una visita de seis días a Turquía y Líbano. La gira pondrá a prueba el carisma del Pontífice en la escena política mundial, mezclando alta diplomacia, ecumenismo y un firme apoyo a las castigadas comunidades cristianas de Oriente Medio.
El portavoz del Vaticano ha calificado el periplo como «exigente», un compromiso heredado del Papa Francisco para honrar el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea y mostrar solidaridad con el Líbano, un país en profunda crisis.
La etapa turca estará marcada por el ecumenismo y el diálogo interreligioso. León XIV se reunirá con el presidente Recep Tayyip Erdoğan y participará en la conmemoración del Concilio de Nicea junto al Patriarca ecuménico Bartolomé I, en un poderoso gesto por la unidad cristiana. En este contexto, el Papa buscará una concesión política crucial: la reapertura de un seminario ortodoxo clausurado desde hace medio siglo.
El gesto de respeto hacia el islam llegará con una «oración silenciosa» en la icónica Mezquita Azul de Estambul, repitiendo la señal de acercamiento realizada por sus predecesores. Sin embargo, en un reflejo de los cambios en el país, el Pontífice evitará entrar en Santa Sofía, ahora convertida en mezquita.
El tono del viaje cambiará en el Líbano, que se enfrenta a la inestabilidad política, una inflación galopante y la sombra de la tensión regional con Israel. Desafiando el riesgo, el Papa dormirá en Beirut y su momento más emotivo será una oración en silencio en el Almacén 12, el epicentro de la devastadora explosión de 2020. Con este acto, el Papa exigirá a la clase política que no obstaculice la investigación y que los responsables «rindan cuentas».
La población libanesa, que atraviesa una crisis económica que impulsa la emigración masiva, ve la visita papal como un faro de esperanza y una confirmación de que su sufrimiento «no ha sido olvidado» por la Iglesia.
Fuente: ABC







