Y un año más, Adviento

Adviento

Sin Autor

Ha pasado un año más y, sin apenas darnos cuenta, ha llegado el Adviento, con el que comenzamos el año litúrgico. Nos hemos acostumbrado a ir pasando por los distintos tiempos litúrgicos: del Adviento, a la Navidad, Cuaresma, Pascua… y vuelta al Adviento. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado por el sentido del Adviento?

«Adviento», viene del latín, Adventus, y significa «venida». ¿Venida? ¿Qué o Quién viene? Seguro que ya tienes la respuesta. ¡Es Cristo Quién viene! Pero, ¿qué es esto de la venida de Cristo?

San Bernardo de Claraval, un monje medieval, fundador de la Orden Cisterciense, ya se preguntó por ello en la soledad del claustro. En uno de sus Sermones, habla de las tres venidas del Señor: la primera, la última y la intermedia. ¿Tres venidas? Vayamos por partes:

En el I y II Domingo de Adviento, las lecturas de la Misa que propone la Liturgia, están más enfocadas en la «última venida de Cristo», es decir, en la parusía. La parusía hace referencia a la venida gloriosa de Jesucristo al final de los tiempos. Para esta venida, se nos invita a estar vigilantes, para que, cuando llegue, no nos pille de sorpresa y estemos preparados.

Sin embargo, la liturgia del III y IV Domingo de Adviento propone lecturas más centradas en la primera venida de Cristo, es decir, en Su Encarnación y Nacimiento en Belén. Precisamente, al III Domingo de Adviento se le conoce como Domingo Gaudete (algo así como «alegraos»), y se nos invita a la alegría, precisamente porque el Señor está cerca.

Pero, ¿y la intermedia? San Bernardo concibe esta venida como un camino que conduce de la primera a la última: «En la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, se manifestará como nuestra vida; en la intermedia es nuestro descanso y nuestro consuelo» (Sermón V en el Adviento del Señor, 1-3).

Esta venida intermedia, es la que tiene lugar ahora, en tu vida. Cristo quiere venir a ti, y fijar en ti Su Morada (Jn 14, 23). Quiere ocupar el centro de tu vida, impregnar todo tu ser, tus luchas, tus fragilidades, tus alegrías… quiere habitar también en medio de ellas. Dios mismo quiere formar parte de tu vida.

La cuestión es ¿dejas que Cristo toque tu realidad, y ocupe el lugar que Le corresponde en tu vida? ¿Quieres de verdad que venga a tu vida? ¿Te encontrará en vela, cuando venga en Su venida gloriosa? Quizá, este Adviento, sea un tiempo de gracia para ti, y una invitación a hacer del Señor el centro de tu vida, dejándoLe que ocupe en ti el puesto que merece. ¿Te atreves?

#unidosenoración

Jorge Hernando
Madrid
@jorgehm.01