«Los Domingos», Concha de Oro para una película sobre la vocación religiosa

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La película «Los domingos», de la aclamada directora Alauda Ruiz de Azúa (Cinco Lobitos), se alzó hace semanas con la Concha de Oro en la 73ª edición del Festival de San Sebastián. La cinta, ya en las salas, explora el enigma de la vocación religiosa a través de un drama familiar íntimo y de gran tensión emocional.

El filme se centra en Ainara (interpretada por la fascinante actriz novel Blanca Soroa, de 17 años), una joven vasca huérfana de madre que, para sorpresa y consternación de su familia, decide plantearse ingresar en un convento de clausura. Desde los primeros segundos, la película capta la atención con la música de Íñigo Quintero, anticipando una historia de «amor obsesivo» que, en este caso, se dirige a Dios.

La trama se articula en torno al conflicto y las hipótesis que la familia, liderada por la tía atea Maite (Patricia López Arnáiz), teje alrededor de la decisión de Ainara. Maite baraja desde un «flechazo de enamoramiento» místico o la búsqueda de una figura parental hasta una posible manipulación sectaria, mientras la familia se dedica a descifrar los silencios y las miradas de la silenciosa protagonista.

Ruiz de Azúa, quien se declara no creyente, realizó una exhaustiva documentación para ofrecer una mirada auténtica y respetuosa, mostrando personajes de fe creíbles y realistas. El misterio se despliega en el gris de lo cotidiano y la austeridad de los escenarios, forzando al espectador a cuestionar si la vocación es una herida emocional, una manipulación, o una llamada sobrenatural que irrumpe en la «normalidad».

En una entrevista, declara: «Me impresionó comprobar de cerca el consuelo tan real que algunas personas encuentran en la fe o en la vocación. Entendí que esa sensación de paz y esperanza es muy auténtica, y que es difícil negarle eso a alguien cuando lo vive de verdad»

La película ha generado un debate abierto, especialmente sobre la soledad de la joven católica en la narración y la ausencia de una articulación clara sobre qué es lo que fascina de Jesús. Sin embargo, su mayor mérito radica en convertir el discernimiento vocacional en un tema cinematográfico no tabú, ofreciendo un espejo en el que tanto creyentes como escépticos deben argumentarse y enfrentarse a sus propias certezas y afectos.

Fuente: Religión en Libertad