Apenas unos días después de que la ministra de Sanidad, Mónica García, presentara el sitio web “Quiero abortar” para consolidar el discurso oficial sobre la interrupción del embarazo, un grupo de activistas e influencers, liderados por Pablo Mariñoso, lanzó su réplica provida: “Quiero ser madre”.
El nuevo portal digital busca dar la «batalla por la verdad» en las redes, contrarrestando la visión que, según sus impulsores, «vende el aborto como un trámite administrativo». Mariñoso señala que el objetivo es ofrecer a las mujeres que dudan «información verdadera y alternativas reales», enfatizando que merecen contar con esperanza y acompañamiento. «Aún no conocemos a ninguna [mujer] que se arrepienta de ser madre», afirma el portal.
La web provida centra su argumentación en desmantelar lo que llama los «grandes mitos» del aborto: «ni seguro, ni libre, ni gratuito». Los impulsores niegan que sea libre, alegando que la mujer acude «presionada» por su entorno; cuestionan su seguridad por las «complicaciones médicas» y el «síndrome postaborto»; y rechazan la gratuidad, indicando que se financia con el dinero público y que «quien lo paga más caro es el bebé».
El lanzamiento se produce en un contexto de intensa polémica en Madrid, tras la reciente aprobación de una moción, promovida por PP y VOX, para informar en los recursos municipales sobre el Síndrome postaborto. Mientras la ministra García y otros críticos niegan la existencia del síndrome como diagnóstico clínico, los promotores de «Quiero ser madre» (que también destacan cifras como los más de 100.000 abortos anuales y un «negocio millonario») lo defienden como una realidad que incluye secuelas físicas y psicológicas en las mujeres.
Pablo Mariñoso, aclara en La Iberia que «detrás de cada embarazo no hay un trámite, sino una historia. Que dentro de un vientre no hay un coágulo, ni un apéndice, tampoco un conjunto de células, sino una vida humana. Que detrás de cada aborto no queda nunca el vacío que promete Sanidad, sino cicatrices hondas».
Fuente: Religión en Libertad