Pinceladas de la ceremonia de canonización de Acutis y Frassati

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El Papa canonizó a los jóvenes italianos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati en una emotiva ceremonia celebrada en la Plaza de San Pedro, ante unos 80,000 fieles. El evento, que se llevó a cabo bajo un sol radiante, contó con la presencia de la familia de los nuevos santos, notablemente conmovida.

Antes de la canonización, el Papa sorprendió a los congregados con un saludo, expresando su alegría por la presencia de personas de tantos países, a quienes calificó como un «don de la fe».

La ceremonia principal fue la Eucaristía, durante la cual el Pontífice declaró oficialmente a los jóvenes como santos. «En honor de la santísima trinidad… declaramos y definimos santos a Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati,» afirmó el Papa, lo que generó una gran ovación. La madre de Carlo Acutis, visiblemente emocionada, presenció el momento junto a los demás familiares de ambos santos. Posteriormente, se depositaron flores e incienso junto a las reliquias de Acutis y Frassati para su veneración.

Un momento impresionante ha sido cuando ha hecho una de las lecturas un hermano de Carlo Acutis.

Durante su homilía, el Papa reflexionó sobre la santidad en la juventud, destacando que muchos santos respondieron a Dios desde temprana edad. Elogió a los nuevos santos como ejemplos de fe en diferentes épocas: Frassati en el siglo XX y Acutis en la era moderna.

El Pontífice resaltó la «alegría de vivir» de Frassati, quien demostró que la fe no es una devoción privada, sino un compromiso activo en la sociedad y con los más necesitados. Por su parte, Carlo Acutis encontró a Jesús en su vida cotidiana y en los sacramentos, integrando la oración, el estudio, el deporte y la caridad en su rutina.

«Muchos jóvenes, a lo largo de los siglos, tuvieron que afrontar el momento decisivo de lanzarse sin vacilar a la aventura que el Señor les proponía, despojándose de ellos mismos, de las cosas y de las ideas a las que estaban apegados», ha señalado el Pontífice durante la homilía. Además, ha recalcado que muchas veces se les representa como «grandes personajes» y olvidamos que el camino de la santidad lo comenzaron cuando, «aún jóvenes, le respondieron sí a Dios».

El Papa concluyó que la «fórmula de la santidad» de estos jóvenes radicó en su amor a Dios y a los demás, manifestado en gestos sencillos como la misa diaria, la adoración eucarística y la confesión. Finalmente, los presentó como una inspiración para la juventud, invitándoles a no desperdiciar la vida, sino a convertirla en una «obra maestra».

Fuente: Alfa y Omga