Iñiguete forma parte de la «liga de los niños extraordinarios»

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La historia de Iñigo, un niño que, contra todo pronóstico médico, sobrevivió a un grave infarto cerebral durante el embarazo, se ha convertido en una poderosa lección de vida para su familia. Su padre, Rafa, narra cómo la llegada de su hijo, a quien cariñosamente llaman Iñiguete, los introdujo en la «liga de los niños extraordinarios». A pesar de un diagnóstico sombrío que predecía severas secuelas o, incluso, la muerte, Iñigo sigue adelante, irradiando alegría y enseñando a su familia el verdadero significado de la fe y el amor.

Rafa revela que la cruz de la discapacidad tiene dos caras. Aunque cambiar los pañales de un niño de ocho años puede ser agotador, la sonrisa de agradecimiento de Iñiguete convierte el sacrificio en un regalo. Esta experiencia les ha mostrado que el sufrimiento no es un callejón sin salida, sino un camino hacia una profunda revelación personal. La fe de Rafa se ha fortalecido, reconociendo en su hijo a un «santo en casa» que, por su inocencia y capacidad de amar, está más cerca del cielo.

La llegada de Iñigo también puso a prueba el matrimonio, enseñando a Rafa el verdadero significado de la palabra cónyuges: los que comparten el mismo yugo. La lección principal fue que tirar en la misma dirección hace que la carga sea más llevadera. Por ello, Rafa insiste en la importancia de pedir ayuda y buscar apoyo psicológico, normalizando el cuidado de la salud mental en el contexto de la discapacidad.

Movido por esta experiencia, Rafa fundó la asociación «Rescatadores«, con la convicción de que los niños como Iñigo son un regalo para la humanidad. Los considera auténticos «rescatadores» que nos salvan del egoísmo y nos recuerdan lo esencial de la vida. A pesar de ser «niños Ferrari» que requieren muchos cuidados y recursos, estos pequeños no son una carga, sino un don que nos rescata de nosotros mismos y nos enseña la verdadera esencia del amor.

Fuente: Aleteia